La céntrica plaza de Neptuno, junto al Congreso de los Diputados fue el centro de reunión de seis marchas multitudinarias que partieron desde distintos puntos de la capital, en una movilización que tiene lugar un mes después del surgimiento del Movimiento 15-M que se ha propagado por todo el país.
«Contra el paro. Organízate y lucha. Caminemos juntos contra el paro y el capital«, se leía en la enorme pancarta que encabezaba la denominada ‘columna suroeste’, que salió de Leganés, una ciudad dormitorio a una quincena de kilómetros de Madrid.
«Luchemos juntos contra la crisis y el capital«, fue el lema que encabezó la denominada ‘columna norte’, a cuyo frente un joven envuelto en varias banderas de países de la Unión Europea (UE) portaba una pancarta con la leyenda «urgencia social».
Todas las columnas se unieron en Neptuno, reuniendo al menos a 10.000 personas de todas las edades, desde niños en sus sillitas hasta ancianos, frente a las barreras colocadas por un cordón de policías para impedir que la manifestación pudiera llegar hasta las puertas del Congreso de los Diputados.
«Tenemos que hacer una nueva democracia», dijo uno de los organizadores al leer un manifiesto, mientras los gritos de «No nos representan» contra los políticos fueron uno de los más coreados en una manifestación con varios objetivos.
El pacto de estabilidad de la Eurozona y el rigor presupuestario que impone, los políticos, acusados de corrupción y de ignorar a los ciudanos, y el desempleo que afecta al 21,29% de la población y a cerca de la mitad de los menores de 25 años, eran las principales causas de protesta.
«Tenemos que preparar una huelga general. Vamos a parar este país«, lanzó el mismo orador, poco antes de dar por finalizado el acto de protesta.
«Los bancos y los Gobiernos que han propiciado esta situación deben escuchar que no estamos de acuerdo con las medidas y recortes que se han tomado, y que estamos dispuestos a manifestarnos y que lo haremos», asegura la convocatoria hecha por el Movimiento 15-M, también conocido como el de los ‘indignados’.
«Hay que decirles basta a los políticos y a los grandes empresarios que controlan a los políticos. Este movimiento va a cambiar las cosas. Yo pienso venir cada vez que haya algo», dijo a AFP Braulio López, empleado de metro de 45 años.
«Deberíamos tomar la calle de verdad», añadió López, mientras a su lado los manifestantes gritan «Lo llaman democracia y no lo es» o «esta crisis no la pagamos».
«Estamos hartos. Todos los políticos se tiran la pelota, unos a otros, y no hacen nada», se queja Yolanda García, una desempleada de 38 años, que como millones de españoles sobrevive gracias a trabajos precarios. «Creo que este movimiento puede cambiar las cosas si se sigue haciendo así de bien y tiene el apoyo de la gente de abajo», dice esperanzada.
El ‘movimiento de los indignados’, nacido espontáneamente el 15 de mayo y que reunió a millones de jóvenes españoles exasperados por las consecuencias de la crisis económica, ha llevado a cabo diversas movilizaciones en el último mes, especialmente, campamentos de protesta en varias ciudades.
El domingo pasado, los manifestantes desmantelaron el campamento erigido en la Puerta del Sol de Madrid, convertida en símbolo de esta ola de protesta sin precedentes en la democracia española. Arropados por el enorme apoyo popular, quieren consolidar el movimiento con la celebración de asambleas de barrios y otras actividades puntuales.
La manifestación en Madrid ha sido la primera de las varias que hay convocadas en diversas españolas, como Barcelona y Valencia, donde los ‘indignados’ se manifestaron los últimos días contra la austeridad presupuestaria y la «corrupción» de los políticos.
Fuente: AFP.