Pasan cosas con las canciones de Rosana. Y pasan cosas a casi 15 años del boom sorpresivo del debut Lunas rotas (vendió más de dos millones de copias) y de la decisión de Quentin Tarantino para que esta cantante canaria sea parte de la banda de sonido de Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre, filme que lo tuvo como productor. Ahora, mientras gira por Latinoamérica a caballo del repertorio de A las buenas y a las malas, su último disco, es el tema Llegaremos a tiempo el que mueve el avispero.
En Argentina, esa pieza es «de referencia» para el programa 678, que se emite por la TV Pública. «Me enteré aterrizando en tu país», dice Rosana desde Chile y sobre esta situación puntual. Luego agrega: «Estaba en España cuando rescataron a los mineros y, a través de las redes sociales, la gente me contó que se había hecho un lindo clip con Llegaremos a tiempo. Ya en Buenos Aires, me comentaron que la canción también la usaron en un vídeo el día de la muerte de vuestro ex presidente. Están pasando cosas curiosas con el tema, se está convirtiendo en un himno contra la desesperanza».
¿Acaso Rosana la compuso con ese fin? «Una nunca sabe qué derivaciones puede tener una composición, a quiénes puede afectar positivamente -contesta-. Pero observo que todos toman a Llegaremos a tiempo porque alude a la necesidad de tirar para adelante. El mundo no se acaba a pesar de las zancadillas de algunos. Me encanta que haya pasado lo que pasó. Después de todo, una de las finalidades más bonitas de una canción es ayudar a que el mundo siga dando vueltas».
-España suele dar cantautores testimoniales, comprometidos, progresistas. ¿Te asumís así o vas por otra vía?
-Lo bueno de quien canta lo que escribe, de un cantautor, es que se compromete con todo lo que va sintiendo, para empezar, y luego con todo lo que pasa a su alrededor. En mi carrera han pasado las dos cosas. En este momento hablo más de cosas del mundo, y ya ha quedado atrás la época en la que me expresaba acerca del amor. En suma, siento que el compromiso real del cantautor tiene que ser consigo mismo. Si eres comprometido contigo mismo, lo estarás con el mundo.
-¿Podés tener actividad creativa durante una gira?
-Le dedico todo mi tiempo a la composición. Te vienen flechazos, ideas, todo el tiempo. Pero en la gira me dedico a la gira. Una vez terminada, me enfoco exclusivamente a componer mi próximo disco. Ese es mi ciclo,
-¿En qué momento de tu carrera supiste que venderías millones de discos?
-No lo supe nunca, te juro. Mi primer disco, Lunas rotas, vendió dos millones y pico de copias. Ya empecé vendiendo muchísimo. No tenía referencia así que lo que te conté era lo normal para mí. Luego me fui encontrando con colegas que me hicieron ver que esa situación de normal no tiene nada. Me sorprendió gratamente la rapidez con la que el mundo se adueñó de mis canciones; de hecho, las hizo más suyas que mías.
-Es curiosa esa naturalidad, porque el éxito repentino suele tener efectos dañinos.
– Pasa que se dieron dos circunstancias a las que considero muy importantes. Tenía 30 años cuando empezó todo y mi cabeza estaba muy bien amoblada. Además, alrededor tenía un equipo humano que me cuidaba muchísimo y una familia granítica. Todo el mundo se ocupó de que no se me volara la cabeza, no levantara los pies del suelo.
-Los españoles que conquistan Latinoamérica se mudan hacia aquí. ¿Es tu caso?
-No, sigo viviendo en España. Hago cruces permanentes entre Canarias y Madrid. Y aquí vengo todas las veces que necesito, cada dos por tres. Cuando uno es como es, y tiene la esencia de las cosas en un sitio concreto, no necesita anclar en otro lado. Si no es por deseo, las cosas no funcionan.
-¿Adherís sin restricciones al gobierno socialista de Rodríguez Zapatero?
-De política sé poco. Por eso, no me responsabilizo por lo que mis opiniones puedan generar en otros. Me cuido muy mucho de aquello que no entiendo. Creo, honestamente, que no sólo España sino el mundo pasa por un momento frágil. El mundo necesita un presente y un futuro inmediato muchísimo mejores para que no sigan perdiendo siempre los mismos.
-¿Conociste a Tarantino?
-No. Nos cruzamos en Cataluña: un día, yo tocaba en TV y él daba una charla sobre su filmografía; y al día siguiente, yo actuaba en vivo y él estaba en el estudio de TV por que el yo había pasado. Tenemos la deuda pendiente de encontrarnos. Es un placer que no pienso dejar ahí.
-¿Qué suponés que le interesó de tu música? ¿Cierto componente flamenco, quizá?
-No eligió Sin miedo, que es medio flamenca. Eligió El talismán, que es bien latina pero no tiene nada Andalucía. Creo que le pudo interesar lo mismo que a los latinos cuando nos emocionamos con ciertas canciones anglo. Intuyo que le llegó desde la escucha a la emoción que logramos en la grabación.
Fuente: Germán Arrascaeta – La Voz