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Presión sobre el dólar: los economistas culpan a la inflación y a la emisión monetaria

La opinión de Jorge Remes Lenicov, Ricardo Delgado, Juan José Llach, Alfonso Prat-Gay, Marina Dal Poggetto, Daniel Artana, José Luis Espert y Eduardo Curia.

El efecto del déficit fiscal sobre la emisión monetaria y sobre la inflación es, para muchos economistas, una de las principales causas de las presiones sobre el dólar. «El gobierno emite dinero o toma el de los jubilados, porque se gasta más de lo que se recauda. Esa emisión, esa liquidez, hace que la gente compre dólares», explicaba esta semana a radio América el ex ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov.

Su visión la comparten economistas como Ricardo Delgado -«los excedentes de pesos se van al mercado informal»- y Juan José Llach: «La causa principal además de la inflación es la emisión monetaria. El Gobierno, desde hace dos años atrás viene emitiendo dinero, aumentándolo entre un 35% y un 40 % anual».
Error doble: inflación más controles

Sea o no provocada por la emisión monetaria, la inflación es para la mayoría de los economistas el verdadero disparador del dólar. Como dijo a la emisora Rock & Pop el diputado de Coalición Cívica y ex presidente del BCRA, Alfonso Prat-Gay, «para los ahorristas menos sofisticados prácticamente la única manera que hay de proteger los ahorros es comprar dólares». Los que apostaron al dólar en los últimos días ganaron mucho. Según una estimación que Ricardo Delgado difundió en radio El Mundo, «en dos semanas el dólar blue rindió lo que un plazo fijo rinde en un año».

Esos factores explican la presión sobre la divisa estadounidense, en cualquiera de los mercados. En lo que tiene que ver con su cotización en el mercado paralelo, los economistas coinciden en señalar como adverso el efecto de los controles a la compra. «Los efectos de los controles fueron más negativos que positivos. Cierro la puerta de salida pero empujo a la gente para que salga. Especulación siempre hay en el mercado financiero. Cuando esto te sostiene en el tiempo, es una reacción más generalizada», explicó Llach a la emisora de radio La Metro.

La escasez de dólares que el Gobierno trató de resolver con los controles es fruto, según Marina Dal Poggetto, de una «inconsistencia de la política económica». En la emisora Rock & Pop, la economista dijo que «el modelo del crecimiento de consumo se basó en el crecimiento de las importaciones»: «Se sostuvo mientras las importaciones seguían subiendo. Una vez que sacan los dólares de las exportaciones, o se trataba de restablecer el equilibrio devaluando o tenía la posibilidad de seguir financiándose con créditos, pero no hizo ni lo uno ni lo otro, intentó un atajo que fue poner controles cambiarios».
El peso del paralelo en la economía real

Si bien las operaciones del mercado informal representan una muy pequeña parte del mercado total de divisas, las subas en su precio tienen consecuencias sobre la economía real. El sector agropecuario tiene muchos de sus costos atados al dólar paralelo. Una brecha cada vez mayor con el dólar oficial que el campo ingresa cuando vende es otro incentivo para postergar la exportación de granos.

Para Dal Poggetto, si bien el paralelo «no tiene impacto directo en la inflación», es una variable que distorsiona el resto de precios relativos: «En la media que sube el marginal, todo se vuelve barato en dólares marginales y aumenta la demanda de bienes dolarizados (para cubrirse), por lo que genera un impacto en las importaciones, que es lo que pasó con el turismo».
Propuestas

Terminar con las restricciones que aumentan la brecha (Daniel Artana) o bajar el déficit fiscal sin ajustar el gasto público (José Luis Espert), son las soluciones más evidentes. Para el economista Eduardo Curia, el «nivel de distorsiones» no admite medias tintas. Según dijo a la emisora FM Imagina es necesario abordar el retraso cambiario del dólar oficial y la inflación «de una manera directa y contundente».

Remes Lenicov apuesta por una mirada integrada del equipo económico para aliviar las tensiones: «No hay una figura clara. Se desmienten entre ellos. No hay una cabeza económica. Cuando uno lanza un programa macroeconómico tiene que saber quién lo va a manejar. Un control se hace dentro del marco de una estrategia anti-inflacionaria. Esto es un acuerdo de precios con las grandes cadenas. Sólo cambia las expectativas. Un acuerdo para el control de precios hay que hacerlo también con los fabricantes y los transportistas».

Para Delgado, el primer paso para remediar la inflación es aceptarla: «Es un error pensar que atacar la inflación es piantavotos (…) Si la Presidenta dice que hay inflación, con sólo nombrar la palabra; en la Argentina todas las expectativas van a cambiar. Obvio que eso sólo no alcanza pero es el primer paso.»

Fuente: Clarín

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