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Subió el costo de fabricación de los celulares

Según un estudio, aunque en 2012 se importaron sobre todo partes y piezas, el valor por unidad subió; para los fabricantes, fue porque se produjeron aparatos más complejos.

Los supuestos beneficios del «polo tecnológico» de Tierra del Fuego para el desarrollo de la industria nacional no dejan de ser puestos en duda. Según un estudio privado, en 2012 el costo promedio de los celulares que se producen localmente fue más alto que en años anteriores y, además, las divisas que salieron del país para la importación de partes y piezas para el ensamblaje de los equipos en las plantas fueguinas continuó creciendo.

De acuerdo con un informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), en los primeros once meses de 2012 se fabricaron en la isla 13,4 millones de teléfonos celulares, 26,3% más que en el mismo período del año anterior. En tanto, las importaciones de teléfonos terminados cayeron 84%, a causa de las restricciones para el ingreso de ese tipo de productos. De este modo, el consumo aparente de celulares (la suma de los teléfonos importados y los fabricados localmente) creció 3% y alcanzó los 13,9 millones de unidades.

En valores, las importaciones de teléfonos terminados pasaron de 366 millones de dólares en 2011 a 154 millones en 2012. En cambio, las de partes y piezas crecieron de US$ 1318 millones a US$ 1679 millones. Es decir, en los primeros once meses del año pasado las partes y piezas para el ensamblaje local de los teléfonos celulares representó el 91,6% de las importaciones totales del sector. Dos años atrás, las importaciones estaban divididas casi en partes iguales (52,6% para componentes y 47,4% para teléfonos terminados).

Pero, ¿este significativo crecimiento de la participación de las partes y piezas para la producción local ha derivado en menores costos -y, por tanto, precios- de los equipos? «Al analizar si resulta más económico importar el producto terminado o ensamblar localmente, en el promedio de los años 2008-2011 el precio medio de importación fue de US$ 118 por cada teléfono celular y en el acumulado de los once meses de 2012 se importaron partes para ensamblar por un valor de US$ 1679 millones, lo que daría un precio medio por cada aparato ensamblado localmente de US$ 125», dice el informe de IES.

Para el presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), Alejandro Mayoral, esta comparación no es correcta, ya que no toma en cuenta que en el último año, a diferencia de lo que ocurrió entre 2008 y 2010, la mayor parte de los teléfonos que se produjeron localmente fueron smartphones, que tienen un precio medio superior. «Ese aumento está más que explicado por el encarecimiento de los teléfonos que se van a producir, cuya fabricación es más compleja», dijo.

Para Alejandro Ovando, director de IES, el hecho de que en 2012 se fabricaron localmente teléfonos con más prestaciones no debería haberse traducido en un incremento del costo promedio por unidad.

«Desde 2010 se empezaron a producir smartphones en el país, y lo normal, acá y en todo el mundo, es que mientras avanza la tecnología, los precios tienden a bajar».

Según Ovando, traer partes y piezas para el ensamblaje local de los celulares debería generar alguna ventaja en el costo de importación frente al de los teléfonos terminados, pues eso mostraría que en Tierra del Fuego realmente se añade valor. Ovando, además, resaltó el creciente peso de las importaciones de componentes para las plantas fueguinas en las compras totales del país al exterior, y destacó que esos componentes (no sólo para celulares, sino también para tablets y televisores) explican «la mayor parte del déficit comercial con China, que en 2012 superó los US$ 4000 millones».

Para Ovando, el costo del régimen fueguino lo terminan cargando los usuarios, que pagan teléfonos más caros, y en ese sentido dijo que la producción local está enfocada sólo en el mercado interno, porque no es lo suficientemente competitiva como para ingresar en otros países.

Según Mayoral, sin embargo, los teléfonos de Tierra del Fuego no pueden ingresar en Brasil (el único mercado cercano que él considera «relevante») porque en ese país los teléfonos producidos en Manaos tienen ventajas impositivas frente a los importados. «Si esa discriminación no existiera, seguramente podríamos competir», dijo.

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