Hasta el próximo 5 de febrero se podrá «salvar» una de esas piezas eligiéndola a través de la página en Facebook de Monopoly, donde se tendrá que seleccionar el nuevo objeto que vaya a reemplazarla: un robot, un helicóptero, una guitarra, un gato o un anillo de diamantes.
Por ahora los fanáticos del tradicional juego de mesa lo tienen claro, puesto que el perro escocés lleva la delantera sobre el automóvil antiguo y el sombrero de copa.
Se está manteniendo en secreto cuál de las nuevas piezas ganó más adeptos hasta ahora, por lo que habrá que esperar hasta el próximo 6 de febrero para saber qué figura irá definitivamente a la cárcel y cuál empezará a formar parte de este juego, que tiene más de 77 años a sus espaldas.
«Cuando decidimos reemplazar una de las piezas del juego, sabíamos que teníamos que hacer partícipes a nuestros seguidores en el proceso», dijo Eric Nyman, director de marca de Hasbro, la juguetera que se hizo con la patente del Monopoly en noviembre de 1935.
Ésta no es la primera vez que el famoso juego, que ha llevado a miles de jugadores a convertirse en magnates inmobiliarios o acabar en la más absoluta bancarrota, se hace un lavado de cara, puesto que a principios de la década de los cincuenta ya se reemplazaron algunas de sus fichas originales, como el farol.
En la década de los setenta se creó una edición en braille del juego, y en la de los ochenta el joyero Sidney Mobell, fan del Monopoly desde los nueve años, diseñó una ostentosa versión fabricada completamente a partir de oro puro, diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros que se puede ver en el Museo de Finanzas Estadounidenses de Nueva York.
El juego ha seguido modernizándose y en 2009 dio el salto a internet con una versión digital en colaboración con Google y más tarde con una aplicación para teléfonos inteligentes.
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