Conocida como la quinta letra del alfabeto Griego, es uno -a esta edad- un fiel representante de esta generación, que puede no considerarse perdida, sino nunca buscada, lo que no es lo mismo. Y tanto no lo fue, que ni los mismos integrantes de esta “franja demográfica” nos hemos encargado de rescatar, algo más que no sean discos, libros viejos y otras pavadas, y no muchas cosas más.
Coleccionando álbumes de vinilo -digo- y algún libro destripado, los más hábiles se han dedicado a coleccionar dineros, los que no lucen en las paredes, pero hacen que las mismas sean al mínimo el reflejo de lo coleccionado.
Que en matemáticas la denominación “épsilon” significa ni más ni menos que “pequeñas cantidades que tienden a cero y que vive constantemente en la dialéctica” no puedo menos que sentirme muy feliz saber que somos cada vez menos y mientras nos extinguimos hablamos y escribimos como hace un siglo atrás. (Parece joda, pero es así).
Lo que puesto blanco sobre negro, a veces nos “encontramos” representados en algo: Hace unos días encontré de casualidad el “adaptador del Winco”, para discos. (aquellos de 45 a 33 RPM) Y parecía que había encontrado un juguete sexual para promocionar en “Mercado Libre”.
Y uno ve a otro de la edad de uno y piensa…- éste está hecho pelota,… y luego piensa para sí, pero yo estoy bien, no? Je.
Es la instancia en donde uno no tiene la vida por delante, sino como diría Joaquín Lavado, la vida se lo ha llevado por delante a uno. Y así podríamos seguir explicando cuándo y de qué manera hace uno para seguir enamorado de ella, a pesar, diría, hasta de uno mismo.
Queda tiempo para observar el cambio de modalidades en el trato, por ejemplo. -Buenos días, como le va a Ud.? , (en un comercio por ejemplo), y si tiene la suerte que lo miren (al menos), por ahí se liga, un ¿y a vos qué carajo te importa? Y eso es sólo el saludo.
O queda tiempo para leer a Steve Jobs, y aprender que:” el tiempo es muy limitado y no hay que malgastarlo pretendiendo vivir la vida de alguien distinto”
Mientras tanto, seguiremos explicando que Aznavour no es un tenista francés que juega dobles con Tsonga en el “abierto” de Roland Garros; y que “Venecia sin ti” no es el resultado de una resolución administrativa de un viaje que pensaba hacer y no pudo, sino una canción que uno bailaba allá en el principio de todo, cuando nadie quería que las luces se encendieran. Jamás.
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