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Destacado y riesgoso trabajo de Bomberos Voluntarios

Unos 15 Bomberos Voluntarios estuvieron avocados al rescate de un joven que subió a la antena de Radio Nacional. Pese al frío, la altura y la inestabilidad emocional del muchacho, los servidores públicos lograron bajarlo sano y salvo.

(Río Grande, 18 de agosto de 2012) – Unos 15 Bomberos Voluntarios, con el apoyo de efectivos de todas las fuerzas de Seguridad,  estuvieron abocados al rescate de un joven que se trepó a la torre que sostiene la antena de AM de Radio Nacional, ubicada en inmediaciones de Perón y Ricardo Rojas, en Río Grande. Pese al frío, la altura y la inestabilidad emocional del muchacho, los servidores públicos lograron bajarlo sano y salvo, después de trabajar 3 horas en ello.

El trabajo, de alto riesgo, consistió en subir hasta la cima de la antena que tiene 176 metros y bajar al joven que estaba alterado y amenazaba con tirarse al vacío. A esa hora la temperatura era de 2 grados a ras del piso y corría algo de viento. La torre está rodeada de una poderosa emisión de cargas eléctricas y magnéticas que pueden causar la muerte inmediata de cualquier persona que sea alcanzada por ellas.

En principio, tres bomberos subieron a la torre para rescatar a las dos personas que permanecían a media altura, un amigo del joven y un familiar que habían intentado en vano hacerlo desistir de la trepada.

Luego de conseguido el primer objetivo, los efectivos, provistos de equipos de oxígeno, arneses de rescate, ropa aislante y sistemas de izamiento mediante sogas , se dispusieron a llegar a la cima para traer de vuelta al piso al tercero de los hombres.

Uno de los bomberos logró llegar hasta él, calmar al joven y convencerlo para iniciar el penoso descenso. Los servidores públicos se turnaron, formando postas para acompañar al desencajado muchacho que no paraba de vociferar.

En una parte del descenso, el muchacho se desvaneció y la labor de los bomberos se complicó, pero gracias al uso de los arneses y las sogas se pudo llegar exitosamente a tierra, después de 180 minutos de angustia.

Mientras esto ocurría, abajo varios grupos de bomberos se organizaban en postas para subir y remplazar a los ya agotados rescatistas.

Una vez abajo el primer grupo de bomberos, fueron asistidos por sus compañeros con café caliente y mantas térmicas para prevenir  la hipotermia. A uno de ellos se lo vio llegar al piso descalzo, por cuanto le había entregado sus botas al rescatado, que mientras se encontraba en la cima de la torre había dejado caer sus zapatillas al piso.

Si bien eran 15 los bomberos voluntarios bajo el mando de Walter Low que tuvieron a cargo el rescate, unas cuarenta personas trabajaron en la emergencia, dado que asistieron policías, Defensa Civil, personal del hospital y de una empresa privada de emergencias.

Una vez finalizado el trabajo, quienes arriesgaron la vida sólo se llevaron el abrazo de sus compañeros y el reconocimiento de sus jefes.