Un hombre irrumpió este domingo en un templo sij a las afueras de Milwaukee y mató a al menos siete personas. El asesino también murió, abatido por la policía durante un tiroteo. Otras tres personas están heridas y en condición crítica.
Poco más de dos semanas después de la matanza en el estreno de ‘Batman’ en Denver, el pacífico templo de Oak Creek se convirtió durante horas en un escenario de confusión y tiroteos. Hubo al menos una explosión y varios heridos. Y varios testigos contaron que el asesino había intentado tomar a niños como rehenes.
Todo empezó cuando, justo antes de empezar el servicio matutino, un hombre blanco treinteañero disparó a un jefe de la comunidad en la entrada del centro religioso, según algunos presentes. El asesino iba vestido con ropas descritas como «militares», aunque la policía no quiso confirmar ningún detalle. Tampoco la identidad del asesino.
Los asistentes al servicio, unos 30, trataron de huir y mandaron mensajes de alerta con sus móviles. Uno de los líderes de la comunidad se encerró en un baño y llamó a emergencias. Entre los heridos está el presidente del templo, Satwant Kaleka, de 65 años.
En medio de la confusión varios creyeron haber visto a dos personas armadas, pero las autoridades aseguraron que sólo había un asaltante. El hombre atacó a un agente que estaba intentado socorrer a una víctima. Otro policía disparó al asesino, que murió en el templo, según contó el jefe de la policía de Oak Creek, John Edwards.
Ven Boba Ri, portavoz de la comunidad, aseguró que se trataba de un «crimen racista» y que nunca había visto al asesino. «Somos una religión pacifica. Hemos sufrido durante generaciones. En India e incluso aquí», explicaba. Esta comunidad india al sur de Milwaukee, de unas 3.000 personas, sufrió varios asaltos tras el 11-S. Sus turbantes eran confundidos con símbolos del Islam, la religión de los secuestradores y que nada tiene que ver con los sij. En todo el país ha habido unos 700 ataques de este tipo contra esta comunidad.
Refuerzo de la seguridad
Por miedo a una campaña orquestada, en Nueva York se reforzó la seguridad delante de varios templos sij. «Es sólo por precaución», dijo la policía en un comunicado.
El presidente Barack Obama pidió una investigación cuidadosa, que ahora está en manos del FBI. El tiroteo se considera un acto de «terrorismo interior». Obama también subrayó que EEUU «ha sido enriquecido por los sij, parte de la amplia familia americana». Mitt Romney, su rival republicano, destacó que se trata de «una tragedia que nunca debería caer sobre un lugar de plegaria». Como en el caso del tiroteo en Denver, ninguno de los dos hizo referencia a la necesidad de controlar más la compraventa de armas.
En los últimos 30 años ha habido 57 masacres de este tipo en Estados Unidos. En la mayoría de los casos los asesinos consiguieron sus armas de manera legal. En la mayoría de los estados, como en Wisconsin, basta ser mayor de edad y no tener antecedentes criminales.
(Diario El Mundo, Madrid)