Con un respeto mutuo, Atlas y Boca trataron de tener la posesión de la pelota y de pasar paulatinamente al ataque. Un remate de media vuelta de Bruno Marioni, a los 7’, y un tiro libre que dos minutos después ejecutó Claudio Morel Rodríguez, sin que Palermo alcanzara a cabecear,indicaron las presenmcias ofensivas de uno y otro equipo.
Recién a los 11 minutos se produjo una clara situación favorable al local, cuando Caranta controló un remate de Achucarro.
La búsqueda de Palermo fue una constante en Boca, mientras Rodrigo Palacio lo acompañó desbordando preferentemente por la izquierda.
A los 20’ con un gol en contra del defensor xeneize Julio César Cáceres, Atlas se puso en ventaja. Tras un centro desde la derecha, remató Flores y el paraguayo, en su afán por rechazar, mandó la pelota al fondo del arco.
Acusó el impacto Boca y a los 29 minutos consiguió el empate, luego una maniobra que culminó Sebastián Battaglia con un disparo rasante.
Insistió Boca, que a los 37’ se perdió una clara chance para desnivelar. Un pelotazo para Palacio, por la derecha, derivó en un pase a Dátolo, cuyo remate se fue apenas desviado.
Sin tregua, respondiendo ataque por ataque, Boca pugnó por desnivelar antes del cuarto de hora de descanso. De contra buscó el segundo gol el equipo que dirige Carlos Ischia, pero careció de la claridad necesaria en la zona de definición. Sobre la hora, Palermo remató desviado de cara al arco. «Era más fácil hacerlo que errarlo», según se suele decir en la tribuna.
Boca que había dejada una muy buena imagen al finalizar el primer tiempo, comenzó muy mal la etapa final, porque decidió refugiarse muy atrás y sufrió mucho.
Ese sufrimiento se transformó en preocupación luego de que Bruno Marioni, en dos oportunidades, pusiera al Atlas 3-1 arriba en el marcador, porque la clasificación segura de los xeneizes comenzó a entrar en duda.
El tema es que la diferencia de gol puede llegar a provocar la eliminación de Boca del certamen continental, por eso se fue con todo en búsqueda del descuento. Lo tuvo Palacio pero tapó el arquero. Lo tuvo Morel Rodríguez pero el travesaño le dijo que no. Por eso, el xeneize de fue del estadio Jalisco con las manos vacías y una gran preocupación.