Una investigación a nivel mundial de Fortinet, empresa especializada en seguridad en redes, muestra los nuevos desafíos que plantea, en materia de seguridad informática, la tendencia BYOD (Trae tu propio dispositivo o bring your own device) seguida por la primera generación de usuarios que esperan poder utilizar sus dispositivos personales en su puesto de trabajo.
El estudio revela la baja importancia que la Generación Y, compuesta por aquellos con entre 20 y 29 años, otorga a la seguridad corporativa al momento de utilizar sus dispositivos personales en el trabajo: más de uno de cada tres empleados estaría dispuesto a contravenir la política de seguridad de su empresa sobre la prohibición del uso de dispositivos personales con fines laborales.
En resumen, el estudio subraya la urgencia con la que las empresas deben desarrollar estrategias de seguridad para proteger y gestionar con éxito el fenómeno BYOD. La investigación, realizada en 15 países durante los meses de mayo y junio de este año, está basada en las respuestas de más de 3.800 trabajadores entre 20 y 29 años, conocida como Generación Y.
El objetivo de la misma era conocer cuáles son las expectativas de esta generación respecto a la creciente tendencia BYOD, su impacto en el entorno de trabajo y su actitud ante la seguridad de las TI, tanto a nivel personal como corporativo.
Redes sociales y aplicaciones: derechos y privilegios
Cerca del 74% de los encuestados se inscribe en la tendencia BYOD, del cual alrededor del 55% considera el poder llevar su dispositivo al trabajo como un derecho, más que un privilegio.
La investigación, además, muestra la fuerte dependencia de la Generación Y respecto de las comunicaciones personales y las redes sociales, que, junto con la posibilidad de acceder a sus aplicaciones personales en cualquier momento, es uno de los motivos detrás la moda BYOD: en España, por ejemplo el 35% de los encuestados admitió que no podrían pasar un día sin acceso a Facebook, Twitter y otras, cifra que supera la media europea, ubicada en 23%.En esta línea, el 38% de los encuestados europeos señalo que no podría estar un día sin correo electrónico.
Según señalan, el tener acceso a sus aplicaciones y a sus redes personales mejoraría su performance en el trabajo.
Si bien la Generación Y prefiere llevar su propio dispositivo al trabajo, no se encuentran entre sus preocupaciones principales la seguridad en el entorno laboral y violar políticas corporativas. Alrededor del 36% de los encuestados admitió haber infringido o que infringiría la política de la empresa donde trabaja acerca de BYOD. El 42% de los encuestados cree que la potencial pérdida de datos y la exposición ante amenazas maliciosas de TI son los principales riesgos, aunque esto no le impide incluirse en la tendencia. Esto resulta preocupante para los departamentos de Tecnología, que deben mantener un entorno seguro y libre de amenazas en los aparatos del entorno laboral.
En cuanto a las disposiciones corporativas que prohíben el uso de aplicaciones no autorizadas, el porcentaje es muy similar, un 30% admitió que ya había violado o violaría esta política. Los riesgos para la organización por el uso de aplicaciones no aprobadas parecen mayores.
En este sentido, el 69% de los encuestados confirmó su interés en la práctica Bring Your Own Application (trae tu propia aplicación o BYOA, por sus siglas en inglés) consistente en que los usuarios crean y utilizan sus propias aplicaciones personalizadas en su trabajo.
Los integrantes de la Generación Y, además, prefieren ser ellos los responsables de mantener la seguridad en sus dispositivos y son reticentes las soluciones de seguridad impuestas desde la empresa.
Un 66% de los encuestados considera que son ellos mismos, y no la empresa, los responsables últimos de la seguridad de sus dispositivos, aunque sea para su uso en el trabajo.
El mundo de las apps sigue de cerca la tendencia BYOD: existen varias aplicaciones, específicas para los distintos sistemas operativos, para que los usuarios puedan resguardan la seguridad de smartphones y tablets
Así, será un desafío, al tiempo que una necesidad, que las empresas logren conciliar la seguridad con esta nueva tendencia impuesta por sus empleados más jóvenes.