Regulando y tirándole la camiseta sobre la mesa. Con poco les bastó a Chile para ganarle en La Paz a este equipo boliviano que uno no entiende como le pudo sacar un empate al poderoso equipo argentino en el propio Monumental.
Siempre empezó los tiempos mejor Bolivia haciendo uso de la altura pero se fue diluyendo con el correr de lo minutos. Esto se dio más en la primera mitad porque en el complemento Chile apostó a cuidar el 1-0 y prácticamente no pasó al ataque salvo el gol de Vidal que cerró el resultado a los 38′ del complemento.
El conjunto dirigido por Claudio Borghi supo aguantar los embates delurgido conjunto local orientado por Gustavo Quinteros, que en momentos supo dominar el pleito con claridad pero careció de definición y sufrió con sus falencias defensivas y la floja actuación del arquero Daniel Vaca.
Los del altiplano comenzaron mejor de la mano deJhasmany Campos y Alejandro Chumacero. Campos ejecutó un tiro libre muy peligroso que fue desviado afuera, Ricardo Pedriel peinó una pelota muy cerca, Chumacero remató alto en su chance y Claudio Bravo se agrandó frente a Pablo Escobar y el mismo Campos.
Pero a los 47′, una serie de desatenciones defensivas dejó a Charles Aránguiz solo frente a Vacay lo batió con un tiro bajo. Era el 1-0 en favor de Chile justo antes de bajar al vestuario para descansar. Golpe de muerte para el equipo boliviano que mostraba ganas pero muchas limitaciones.
Los problemas del local continuaron en el complemento, porque luego de amenazar con un toque de Campos que se fue cerca, se quedó con un hombre menos por la expulsión de Luis Gutiérrez, no quedó claro si por insultar, porque la falta previa la había cometido su compañero Luis Méndez.
Ronald Rivero volvió a coquetear con la igualdad con un cabezazo apenas desviado, pero para entonces la visita ya dominaba sin llegar y se agazapaba para liquidar la historia.
Y lo esperado sucedió a los 37, cuando tras un tiro que pegó en el poste Arturo Vidal ingresó por la izquierda y empujó la pelota a la red. El encuentro quedó así liquidado, entre la alegría roja y la pena boliviana, que ve cómo su equipo cierra la tabla con un punto y empieza a ver la clasificación como una ilusión muy lejana.