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Tolhuin, con dos Concejos y sin Intendente

Claudio Queno lleva dos semanas sin aparecer públicamente. No asistió a los actos por el aniversario del pueblo y nadie sabe explicar su paradero. El Concejo sigue dividido en dos. La intervención parece estar cada vez más cerca.



(Río Grande, octubre 12 de 2009) – Arrastrando consigo casi dos décadas de permanentes desencuentros y caos institucional, la Comuna de Tolhuin parece otra vez encontrarse a un paso de la intervención.


A pesar de la mirada distraída del gobierno provincial y el desinterés exhibido por el ministro de Gobierno de la Provincia, son cada vez más las voces que advierten que la situación de anarquía total y la debacle económica de la pequeña población hacen perentoria una acción política decisiva.


Por un lado, el enfrentamiento entre dos sectores del cuerpo que componen los cinco concejales ha llevado a su paralización, y las pocas acciones y resoluciones que se toman corren el riesgo de estar viciadas de nulidad. Dos ediles, Eliseo Levin y Dionisio Bellafronte, se adjudican la condición de presidente del colegiado, lo que ha llevado a la existencia de dos cuerpos paralelos, sin visos de acercarse a una solución.


En tanto, después de declarar su apoyo a Bellafronte en la disputa por la presidencia del Concejo, el Intendente Claudio Queno abandonó la escena pública, sin haber terminado de pagar las nóminas salariales de setiembre.


El jefe comunal lleva dos semanas sin ejercer su cargo, su teléfono celular ha sido dado de baja y nadie confiesa conocer su paradero.


Respecto de la situación de Queno, algunos arguyeron que se encontraba aquejado de problemas de salud. Otros aseguraron que se encontraba en Buenos Aires efectuando gestiones para obtener un refuerzo de fondos. Los más, simplemente opinan que se encuentra a punto de renunciar y que su dimisión sería un hecho consumado esta semana.


Lo cierto es que, apenas cumplidos sus 37 años de vida, Tolhuin se encuentra una vez más sumido en una de sus repetitivas crisis institucionales y en estado de virtual anarquía.


Aun cuando el señor ministro de Gobierno insista en mostrarse poco afecto a asumir responsabilidades, parece llegado el momento de intervenir desde el Gobierno Provincial en la situación de Tolhuin y ésa es -precisamente- injerencia de Guillermo Aramburu.