La situación de las empresas textiles en Tierra del Fuego enfrenta un momento crítico, marcado por la exclusión de varias firmas del sub régimen promocional que ha sostenido su operación durante décadas. Alberto Garófalo, presidente de la Cámara Fueguina de la Industria Nacional (CAFIN), ofreció en ((La 97)) Radio Fueguina un análisis detallado del panorama actual, tras la exclusión de cinco empresas de los beneficios del régimen, lo que afectará directamente la continuidad de su producción.
El titular de CAFIN informó que de las once empresas textiles que solicitaron prórroga para mantener los beneficios del sub régimen industrial, cinco fueron excluidas. «Lo que sucedió durante la reunión fue la confirmación de una serie de resoluciones que la autoridad de aplicación había adoptado ya el viernes pasado, que tienen que ver con la aceptación o no de la solicitud de prórroga de las empresas textiles y confeccionistas para continuar con los beneficios del sub régimen industrial, más allá del vencimiento que fue el 31 de diciembre del año pasado», explicó Garófalo. Entre las excluidas, se encuentran dos que, según dijo, no sorprendieron por su falta de actividad o por haber iniciado demandas judiciales contra el Estado.
De las empresas que quedaron fuera, una no operaba desde hace dos décadas, por lo que su exclusión no fue inesperada. Sin embargo, Garófalo señaló que dos de las cuatro restantes presentaron demanda por inconstitucionalidad del decreto 594, lo que imposibilitó que accedieran a la prórroga.
En cuanto a las dos últimas, cuya exclusión causó mayor sorpresa, el motivo estaría relacionado con supuestas deudas tributarias, las cuales las compañías niegan tener. «Las otras dos, ahí sí estamos todos sorprendidos porque supuestamente es por alguna deuda tributaria que las compañías anuncian que no existen y dentro de estos 30 días que es el plazo para presentar recursos van a tratar de dar vuelta la resolución», añadió, manifestando la esperanza de que este conflicto se resuelva en el corto plazo.
La industria textil en Tierra del Fuego ha enfrentado históricamente presiones externas, principalmente desde el continente. Desde su creación, el régimen promocional ha estado en la mira de diversos intereses, lo que ha contribuido al debilitamiento del sector, que hoy cuenta con un puñado empresas activas. «La industria textil es así permanentemente atacada por intereses del continente. Esto se inició en 1983, así que ha tenido distintas facetas y la realidad es que entre los ataques y las periódicas crisis que hacen que caiga la demanda y se achique el mercado, las empresas de este sector se han ido cayendo hasta el punto de que quedaban 10 empresas», explicó Garófalo.
El futuro de las empresas excluidas no es alentador, ya que, sin los beneficios del sub régimen, operar en Tierra del Fuego se vuelve inviable económicamente. «No tienen los beneficios, que es, de hecho, no poder funcionar, porque nadie se va a quedar produciendo en Tierra del Fuego a 3.000 km pagando derechos, no tendría ningún sentido porque sería una operación no rentable», sostuvo Garófalo.
A esto se suma la preocupación por el impacto en los trabajadores que podrían quedar sin empleo, una situación que, según el presidente de CAFIN, debería ser atendida por la autoridad de aplicación con algún tipo de compensación o medida que les permita reinsertarse en el mercado laboral.
Desde 2021, cuando se anticipaba una discriminación hacia la actividad textil dentro del sub régimen, CAFIN ha venido alertando sobre los riesgos que enfrenta el sector. Aunque el gobierno provincial y los sindicatos lograron obtener una prórroga condicionada, Garófalo advirtió que la continuidad de los beneficios a partir del 1 de enero del próximo año sigue siendo incierta, ya que aún faltan definiciones sobre cómo se aplicará la reducción de incentivos para las empresas.
El presidente de CAFIN también subrayó que el cierre de las empresas textiles de Tierra del Fuego podría tener consecuencias más amplias, especialmente en la cadena de valor de la industria textil en el continente. «Si nuestras textiles dejan de funcionar, en el caso de tejedurías e hilanderías, la cadena de valor que se desarrolla en el continente se va a ver privada de insumos cruciales para su producción, porque este tipo de insumos que se fabrican en Tierra del Fuego no registran otra producción nacional», comentó. En el caso de las empresas confeccionistas, es probable que los importadores directos sean los principales beneficiados, lo que implicaría una pérdida de producción nacional y empleos.
Frente a este contexto, la reconversión del régimen parece inevitable, pero Garófalo enfatizó que dicho proceso no debe realizarse a costa de la expulsión de las empresas que aún operan en la provincia. «Nosotros suponemos lo que decimos, que esa reconversión se debe hacer con las empresas adentro, no se puede estar pensando en cambiar la matriz productiva expulsando a las empresas que hoy están trabajando», advirtió, destacando la importancia de conservar tanto las inversiones privadas como la experiencia acumulada por los trabajadores del sector.
La situación de la industria textil en Tierra del Fuego está atravesando un momento delicado, con varias empresas al borde del cierre debido a su exclusión del sub régimen promocional. Aunque existen esperanzas de revertir algunas de estas decisiones, el futuro sigue siendo incierto, especialmente para los trabajadores afectados.
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