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Río Grande

70 años de «El Sol», un almacén emblemático en la historia ciudad

En una entrevista para ((La 97)) Radio Fueguina, la actual propietaria destacó la historia del comercio. “El Sol” ha sido parte integral de la comunidad desde 1954. Rosa comparte su conexión emocional con el lugar y sus clientes. Se mantiene como un símbolo de tradición y servicio en la ciudad.

El almacén “El Sol”, ubicado en la intersección de Fagnano y Alberdi, es uno de los comercios más emblemáticos y antiguos de Río Grande. La historia de este querido almacén está intrínsecamente ligada a la vida de Rosa Garay, su actual propietaria y trabajadora desde 1978, quien ha sido testigo y protagonista de la evolución del comercio en la ciudad.

En declaraciones recientes para ((La 97)) Radio Fueguina, Rosa compartió su perspectiva sobre el significado de “El Sol” y su trayectoria. “Este año cumple 70 años, y es uno de los mercaditos más antiguos, o almacén, como le llamábamos antes”, expresó con nostalgia. A lo largo de las décadas, el almacén ha visto cambios significativos en el comercio local, destacando que hoy en día “estamos todos medio completos, tanto kioscos como almacenes, pero aquí tenemos un poco de verdura y carne o fiambre”.

La historia de “El Sol” comenzó con Don José Ojeda y Doña Otilia, quienes lo fundaron. Rosa, quien se unió al equipo en 1978 como empleada, recuerda cómo el negocio era un pequeño almacén que ofrecía una variedad de productos, aunque carecía de carnicería. “Vendía mucho lo que era verduras, frutas y vinos. Ellos fueron los primeros en traer vino en damajuana y barril, que se llamaba El Paso de Indio, muy conocido por la gente antigua”, relató.

Con el paso de los años, Rosa se fue integrando cada vez más al negocio, convirtiéndose en una figura central en la comunidad y en la familia de los primeros dueños. “La vida del almacenero es tranquila, porque la mayoría de la gente no es solamente de nuestro barrio, sino también de otros lugares”, comentó. 

A pesar de los cambios en la dinámica del vecindario y el aumento de la competencia, “El Sol” ha mantenido su esencia y su conexión con los clientes, quienes a menudo se sienten como parte de la familia.

Rosa, junto a su hermana Mónica, ha trabajado arduamente para mantener el legado del almacén. “Estamos un poco cansadas porque hace muchos años que trabajo con mi hermana. Queremos que ‘El Sol’ viva por siempre, en respeto a sus verdaderos dueños, que fueron quienes me dieron la posibilidad de quedarme”, afirmó. 

La relación de Rosa con la comunidad es profunda. “El año pasado, cuando tuvimos un pequeño choque, todos nos venían a ver, nos llamaban para saber qué había pasado. Sentimos ese afecto”, recordó con gratitud. Para ella, “El Sol” no es solo un lugar de trabajo, sino un espacio donde se construyen lazos y se comparten experiencias. “Acá hacemos de todo, somos parte de la historia. Hay gente que ha venido y me ha dicho que hacía 20 años que no entraba, y muchos han pasado por ‘El Sol’”, destacó.

Ayer 16 de septiembre se conmemoró el Día Nacional del Almacenero, y en ese marco la historia de Rosa y su almacén se convierte en un homenaje a la tradición y el esfuerzo de quienes, como ella, han hecho de la venta minorista un pilar fundamental de la vida en Río Grande.

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