Con los ecos del debate sobre la reforma en la movilidad jubilatoria aún audibles, el senador radical Pablo Blanco expresó su descontento con la amenaza de veto total del presidente Javier Milei. La reforma, que fue aprobada este jueves por el Senado, generó una inusual tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo, y el posible veto presidencial suscitó fuertes críticas, particularmente desde la oposición.
Blanco no escatimó palabras al referirse a la situación, sugiriendo que, de confirmarse el veto, se trataría de «una total falta de respeto hacia el Congreso y hacia los propios funcionarios del Ejecutivo». El senador explicó que varios miembros del Ejecutivo, incluyendo representantes de ANSES, Secretaría de Hacienda y Jefatura de Gabinete, participaron en las discusiones en el Senado sobre la ley, y que estas conversaciones llevaron a algunas modificaciones en la propuesta original. Sin embargo, manifestó que, si el presidente decide vetar la ley en su totalidad, «quiere decir que los estuvieron haciendo perder el tiempo y le tomaron el pelo» al Congreso y a los funcionarios que participaron en el proceso legislativo.
El senador también abordó la seriedad del posible veto, señalando que «si es total, realmente es una falta de respeto hacia el Congreso» y que «es poco serio» discutir una ley que después podría ser vetada en su totalidad por el mismo Ejecutivo que participó en su formulación.
Destacó que el principal problema que enfrenta el presidente es la falta de un presupuesto claro y estable, lo cual dificulta la planificación financiera del país. «Para poder hacer esa disquisición, lo que necesito tener es un presupuesto, cosa que no tenemos a solicitud de él porque al gobierno anterior le dijo que no se trataba el presupuesto y están trabajando con un presupuesto reconducido del año 2023», afirmó.
También criticó la gestión de los recursos por parte del presidente, señalando que no consulta al Congreso sobre el origen de fondos significativos para ciertos gastos, como los destinados a la SIDE o los viajes al exterior. Según Blanco, el presidente «está abocado solamente a lo que a él le interesa» y muestra un «total desconocimiento de la realidad en la que vive el país», especialmente en lo que respecta a las necesidades de los jubilados.
La reforma jubilatoria en cuestión contempla un aumento del 8.1% en el ajuste jubilatorio, que busca corregir la diferencia entre la inflación reconocida por el gobierno en febrero y la inflación real. Además, la ley incluye una fórmula de ajuste anual que combina el aumento de precios y salarios, y un artículo que garantiza que la jubilación mínima debe representar el 1.9% de la canasta básica.
Blanco defendió estas medidas, subrayando la necesidad de una discusión más profunda sobre el sistema jubilatorio y afirmando que «la luna de miel ya se acabó» para Javier Milei, quien ahora debe «empezar a tomar conciencia de la realidad del país».
El senador finalizó reiterando la importancia del equilibrio fiscal, pero enfatizando que «también me interesa que la gente pueda mínimamente vivir». La aprobación de la ley por el Senado, según Pablo Blanco, fue prácticamente unánime, y los artículos con disidencias fueron aprobados por dos tercios de los senadores. En este contexto, el posible veto presidencial no solo ha sido visto como un desafío político, sino también como un acto que podría erosionar la confianza entre los poderes del Estado.
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