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Problema sin solución

Por los perros asilvestrados, la producción ovina se redujo a la mitad

El veterinario Daniel Leiva aportó su mirada técnica al intenso debate sobre los perros asilvestrados en Río Grande. Denotó el impacto que la problemática está causando en la tradicional producción ovina de la isla.

Los perros asilvestrados han desatado un renovado debate en la zona rural cercana a Río Grande debido a nuevos ataques a ganado y otros animales. El médico veterinario Daniel Leiva, por ((La 97)) Radio Fueguina ofreció su perspectiva técnica sobre esta problemática, destacando su impacto devastador en la producción ovina de la región.

«La población se mantiene o crece, en el mejor de los casos se mantiene, y lo único que decrece es el nivel productivo de los establecimientos, básicamente por cambio de rubro, por la inhabilidad de poder mantener un piño ovino acorde a un nivel productivo óptimo, por presencia de perros. Es así de grave y así de ridículo», expresó Leiva.

Según sus declaraciones, la presencia de perros asilvestrados ha llevado a una disminución significativa en la cantidad de ovejas en la isla. «De tener un X stock de más o menos 600,000 ovinos, pasó a tener 300,000», afirmó el veterinario.

Esta situación ha obligado a muchos productores a cambiar de rubro o modificar su producción, optando por la ganadería bovina. Este cambio conlleva desafíos adicionales, como la necesidad de conseguir personal especializado y adecuar las instalaciones para la nueva actividad.

«En el plano laboral también, en mi profesión, claro, yo también tengo una merma recontra importante por establecimientos que trabajaban con ovinos», agregó Leiva.

A pesar de los esfuerzos realizados desde los municipios y el gobierno provincial, la problemática persiste. Leiva señaló que las medidas implementadas no se traducen en resultados tangibles debido a la complejidad y la naturaleza multifactorial del problema.

«Como es una cuestión multifactorial, no es que vos implementas un método y con eso se soluciona, como tiene que ver con cuestiones culturales esto del perro y del manejo del perro, el cambiar todo en la idiosincrasia es casi imposible. Entonces lo único que hay que pensar es en mejorar ese sistema de decir ‘bueno, aprendamos a convivir’”, explicó.

Aunque se han explorado diversas estrategias de mitigación, como el uso de alambrados eléctricos y la caza, Leiva destacó la efectividad de una técnica específica: la impronta de perros pastores o cuidadores de ganado. Esta técnica implica mezclar dos especies en una determinada edad para que el depredador sienta que la especie con la que comparte es su par, protegiendo así al ganado.

«Es algo que realmente ha dado resultado, está medido, que es lo más importante», concluyó el médico veterinario Fabián Leiva.

El desafío de controlar los perros asilvestrados no se limita al ámbito rural. En las ciudades, la situación tampoco es alentadora, como lo indica el alarmante número de personas mordidas por año en Tierra del Fuego.

Ante esta compleja realidad, queda claro que se requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos técnicos como los socioculturales de esta problemática para lograr una convivencia armónica entre humanos y animales en la región.

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