En los últimos días comenzó a hacerse viral la imagen de una familia de zorros, que se encontraban en el patio interno del Instituto del Colegio María Auxiliadora. Sin embargo, estos animales silvestres suelen recorrer distintos puntos de Río Grande en los últimos años.
Ante esta situación, la ((La 97)) Radio Fueguina dialogó con el Dr. En biología e investigador principal del CADI y CONICET de Ushuaia, Adrián Schiavini, quien comentó que este fenómeno ocurre como consecuencia de la expansión urbana, donde los humanos llevan sus hábitos a estos lugares. Uno de ellos es “dejar el alimento al alcance de cualquier animal”, por lo que esto genera que los zorros encuentren comida y refugio.
Continuando con la explicación, añadió que los zorros grises “son animales con una alta capacidad de aprendizaje”, por ende, “entiende que donde hay humanos y residuos de basura, es acceso de comida gratis para ellos”.
Asimismo, advirtió que en los predios que no cuenten con un buen cercado, los zorros pueden ingresar al lugar cuando el perro que habita allí no lo vea, por lo que “hay una competencia de espacio entre estos dos animales. El zorro comprende que, cuando no está el habitante principal de estos predios, puede ingresar a comer y descansar”.
El Dr. Schiavini resaltó que estos animales silvestres no son pasibles de ser tocados, ni de proveerles alimentos, destacando la errónea idea predominante del “Mundo Disney”, donde se suele “romantizar a estos animales”, debido a que los zorros suelen acercarse a las personas tras proveerles alimentos. Sin embargo, subrayó que “no lo domesticamos. Como mucho, se amansó, pero, ante un peligro eventual, el cual provoque el susto del animal, puede morder a la persona”.
Continuando con la línea de los peligros, advirtió que tanto los zorros, como los animales silvestres tienen enfermedades, las cuales “pueden ser fácilmente transmisibles a los perros domésticos», y viceversa.
Entre estas enfermedades, se encuentra el moquillo. En caso de que el perro contagie al zorro, esto terminará afectando la fauna nativa. “Lo más recomendable es no darle de comer a los zorros, porque además no está acostumbrado a nuestros alimentos”.
Ante la consulta de ((La 97)) Radio Fueguina, sobre por qué sucede esta migración, el Dr. en biología resaltó que “los animales aprenden que se consigue alimento fácil en las urbanizaciones”, lo que facilitará, con el tiempo, a la producción de crías en zonas de “alimentos artificiales, que en el medio del campo”.
Producto de esta situación, las crías de estos zorros grises “aprenderán de sus padres que los humanos proveen comida, por lo que se irán expandiendo en la trama urbana”, finalizó el Dr. Schiavini.
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