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8 años siendo malabarista

Abandonar la rutina para dedicarse al arte callejero

¿Cómo sería arriesgarse a renunciar al trabajo para dedicarse al arte callejero? La historia de Damián Ortega, un uruguayo que transitó por Río Grande.

Son pocas las personas que se animan a romper con la cotidianeidad, renunciar al trabajo y simplemente dedicarse a lo que les gusta, les apasiona, sin miedo al qué dirán.

Es lo que le pasó a Damián Ortega, un uruguayo que transitó por Río Grande días atrás, quien llegó a Tierra del Fuego para ver a La Renga, y para continuar su viaje, decidió pararse entre las intersecciones de Fagnano y Perito Moreno a mostrar su arte callejero y de esta forma poder ganar dinero.

En diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina, Damián comentó que hace 8 años se dedica a esto, y que su especialidad es el malabarismo. Sin embargo, el sueldo del artista callejero «es muy relativo», comentó, ya que «depende del día, del lugar. Los mejores días son los fines de semana. Sin embargo, los lunes es el peor día», consideró. Para sostener esta idea, indicó que «es el día que la gente comienza la semana, y muchos no están de muy buen humor», igualmente, resaltó que «se gana bien, dentro de todo, pero hay que insistir», para que la gente le de dinero después de realizar algún truco en la esquina, cuando el semáforo está en rojo.

Comparando con el clima de su país natal, resaltó entre risas que «el viento me limita mucho para hacer los trucos. Hago uno con una sombrilla, pero acá es imposible».

Continuando con la línea de comparación entre Uruguay y Tierra del Fuego, expresó que el arte callejero en el país vecino «es mucho más fuerte. Con el pago, la gente es mucho más accesible».

Asimismo, sobre la parte económica, expuso que también hay una gran diferencia, ya que en un mes suele ganar «30 mil pesos uruguayos, lo que equivale a casi 300 mil pesos argentinos. La economía es muy diferente. Acá tuve días muy buenos, pero hubo otros en los que me tuve que ajustar un poco hasta para comer».

Finalmente, Damián Ortega envió un mensaje a aquellas personas que consideran dedicarse al arte callejero: «anímense. Es muy lindo el romper con la estructura de la rutina y vivir el día a día, porque en el mundo del arte callejero uno no sabe dónde va a estar mañana. Se conoce a muchas personas, familias. Por lo menos que lo experimenten unos meses».

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