El título y el copete de la imagen bien podrían aplicarse a la actualidad. Sin embargo, vieron la luz un 30 de setiembre de 1968, cuando la dictadura de Juan Carlos Onganía entablaba una fuerte relación con la AFA a través de una intervención que, lejos de sanear un ámbito ya muy turbio, agravaría la crisis que -con grandes deudas al fisco al igual que ahora- atravesaba la mayoría de los clubes.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Fue entonces que, pese a tratarse aquel de un gobierno militar, ese gran periodista deportivo que fue Dante Panzeri tuvo la valentía de denunciar el perverso sistema de contraprestaciones que comenzaba a regir entre el Estado y el fútbol, en el que mucho tenía que ver como ahora el recurso de la televisación de partidos por medio del canal estatal.
Para explicar esto, es necesario remontarse a enero de 1967, cuando, según cuenta Panzeri en aquella nota publicada en el número 472 del semanario «El Ciclón», el interventor Valentín Suárez advertía que el viva la pepa de los dirigentes futbolísticos podría continuar diciendo: «El gobierno nunca le bajó ni le bajará la cortina a los clubes de fútbol. ¿Cuándo vio una cosa así en la Argentina? No pasa nada… No pasa nada».
Dice a continuación Panzeri: «Ese fue el primer síntoma de lo que vendría después. Y lo que vino después fue un simple acuerdo de «prestación de servicios públicos´ del fútbol al Estado, a nivel compensatorio o amortizable del favor de «no bajar la cortina»».
Según sigue diciendo Panzeri, ese servicio público tuvo como primera expresión concreta «la entrega del espectáculo del fútbol al video estatal como número artístico fundamental del canal oficial de televisión, destinado a «darle un servicio a la comunidad», servicio que, por supuesto, tenemos que pagar los componentes de la comunidad, según lo notorio que resulta el fuerte quebranto que Canal 7 afronta por el lujo de tener el fútbol como su principal número artístico».
Más de 20 años después, las cosas han cambiado mucho en torno al negocio de la televisación del fútbol. Sin embargo, la situación parece ser la misma en lo que respecta al olvido por parte del Estado de su obligación de hacer cumplir con la ley a los clubes y a sus dirigentes, y el correspondiente endosamiento del déficit de las instituciones futbolísticas a la sociedad. Si Panzeri viviera, está muy claro cómo reaccionaría ante esto.
El fútbol no será gratis en todo el país
El anuncio del Gobierno esconde una realidad a la que no escapan gran parte de las localidades del Interior. El informe de Perfil.com, provincia por provincia.
El título copó la tapa de un diario gratuito -de raigambre oficialista- en los días previos a la ruptura entre AFA y TyC: » Se viene el fútbol para todos». Aunque presuntuosa, la frase engaña. Y las preguntas se imponen. ¿Cuál es la realidad del «Interior Profundo», donde Canal 7 no es una señal de aire como en Capital y provincia de Buenos Aires? La realidad es que, pese a los anuncios del Gobierno Nacional, serán pocos los que puedan disfrutar de ese «fútbol para todos».
En ciudades como Bariloche, por ejemplo, desde junio de 2007 la señal estatal se ve con «claridad» a través una antena de aire. Hay sólo dos canales, el 6, que repite Canal 13 y el Canal 7. Los partidos que no vayan por ninguno de estos canales no se verían. Muy cerca de allí, en San Martín de los Andes, el único que llega es Canal 7 de Neuquén porque para ver el estatal hay que tener cable.
En Tartagal, Salta, hay que tener cable (70 pesos mensuales) para poder ver el canal oficial. Lo mismo en Villa Mercedes, San Luis, donde la única opción -además de la señal puntana San Luis Sat – es pagar 90 pesos. En el interior misionero, en tanto, los habitantes de Capioví tienen un servicio pago proveniente de Puerto Rico, una localidad a 16 kilómetros y por el que tienen que pagar 50 pesos. Lo mismo en El Dorado donde no tienen ningún canal de aire gratis. En Winifreda, La Pampa, Canal 7 sólo viene por cable. Y se pagan unos 86 pesos por el servicio. Con antena y con un poco de suerte, se puede sintonizar Canal 3, la señal provincial que reproduce algunos programas de Canal 13.
En localidades como Clorinda, Formosa, el servicio de cable cuesta unos 50 pesos y para adquirirlo es necesario «asociarse» a la cooperativa local. Allí Canal 7 tampoco llega por aire. Otro caso: en Esquel, Chubut, hay que pagar 80 pesos. En Añatuya, Santiago del Estero, sólo reciben la señal a través del San Gabriel, un canal local. Cuesta 70 pesos y es la única opción para ver Canal 7.
En Río Cuarto, Córdoba, el canal estatal no va por aire. En Pico Truncado, Santa Cruz, hay un canal municipal en el que se ve un canal de Río Gallegos y no se ve el 7 por aire. Sí o sí hay que tener cable, que sale unos 90 pesos. En Maimará, Jujuy, sólo tienen tevé por cable, que sale unos 60 pesos. No reciben Canal 7 en forma gratuita. Ni siquiera les llegan por aire los canales de aire de la capital jujeña. En Chamical, La Rioja, la señal de Estado se recibe por cable y cuesta 90 pesos.
En Chaco, “todo es igual que con TyC”, aseguran desde Resistencia y en algunos lugares «no llega ni el cable». Hay una repetidora de Canal 7, pero hay que tener antena y ésta no llega más que a la ciudad de Fontana, donde está la repetidora. Canal 7 llega por Multicanal, que es del Grupo Clarín. El cable sale unos 96 pesos, sin codificados. Los canales de aire que hay en la capital chaqueña uno es repetidora de Canal 13 y el otro de Telefé.
En Rivadavia, a unos 3 kilómetros al oeste de la provincia de San Juan, desde hace un mes reciben Canal 10. Mientras tanto, en Monteros, a 52 km de San Miguel de Tucumán, Canal 10 reproduce parte de la programación de Canal 7 y Encuentro y emitirá, a partir de este acuerdo, todos los partidos. Igual en Río Grande, Tierra del Fuego, donde el 7 se recibe sin problemas, como en otras localidades fueguinas. O en Villa Nueva de Guaymallén, Mendoza, donde están los dos canales locales, el 7 y el 9 que son de la capital mendocina y no se necesita del cable para ver Canal 7. En Las Tejas del Valle Viejo, en Catamarca, la emisora estatal va por aire y está en la grilla del cable, que cuesta 99 pesos. En Santa Fe, mientras tanto, Canal 7 llega a los centros urbanos (Santa Fé, Rosario, Rafaela, Reconquista y Venado Tuerto), mientras que en las 360 localidades restantes no pueden ver el canal estatal si no es por medio del cable.
Las verdaderas ganancias del fútbol por TV
La firma dice una cosa; la AFA, otra muy distinta. Pues entonces, ¿quién tiene la razón? Ésa es uno de las preguntas que intenta responder en su nuevo número la revista Fortuna, con un completo informe que muestra el fuerte crecimiento experimentado en los últimos años por la rentabilidad de las empresas que administraban los derechos de TV del fútbol.
Mientras la firma dice que por la venta de los partidos a los cableoperadores facturó unos $ 304 millones, para el eterno presidente de la AFA, Julio Grondona, habría «superado ampliamente los 500 millones». Pero la diferencia entre una y otra versión no está dada sólo por el monto, sino también por los balances que tienen en cuenta al dar esos números.
Por un lado, deben computarse las rendiciones de Televisación Satelital Codificada (TSC), la compañía que desde 1991 detentaba los derechos en cuestión. Propiedad en partes iguales del Grupo Clarín y Torneos y Competencias, esta firma obtuvo en el primer semestre de 2009 una ganancia de $ 14.406.625, superior a la de todo el año anterior ($ 10.735.492).
Al mismo tiempo, Clarín y TyC son socios en Tele Red Imagen SA (TRISA), verdadera encargada en la práctica de la comercialización de derechos y la venta de publicidad para las transmisiones televisivas de los campeonatos locales. El balance 2008 de esta empresa arroja un resultado a favor de $ 49.989.319, que supera en un 256 % al de 2007.
En estas cifras está la clave: la recaudación de la AFA, y por ende de los clubes, depende íntimamente de cuánto facture TSC, pero la firma que se encarga de vender el producto fútbol es TRISA.
(La nota completa, en la edición impresa de Fortuna )
Por Esteban Bekerman, Perfil