30 meses pasaron desde que los trabajadores de Digital Fueguina ingresaron a su lugar de trabajo con la sorpresa de que Garbarino los había dejado a la deriva, sin hacerse responsable de su puesto como empleador. Desde entonces los trabajadores de la empresa continuaron firmes con reactivar la planta.
Marcos González, representante de los trabajadores de Digital Fueguina, en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina expresó que la planta se encuentra intacta en estos momentos. «Se prendieron las líneas, los compresores y es lo que queríamos demostrar: Más allá de los mantenimientos que deben hacerse, la planta está en condiciones de trabajar«.
Sin embargo, resaltó que falta un «buen gesto de poder ver la herramienta que le brinde al Estado para que le diga ‘no’ a Garbarino y que se pueda dar trabajo real a compañeros, así como también a aquella persona que quiera producir acá».
Acerca de la intención de Garbarino de vender pieza por pieza la fábrica, el representante de los trabajadores de Digital Fueguina comentó que ellos aludían a esta movida. «Nos parece que es completamente injusto», sostuvo González, ya que Garbarino indica que la relación de empleado – empleador ya está finalizada.
Asimismo sentenció: «¿Cómo vamos a seguir confiando en alguien que hace 30 meses no nos da ningún tipo de respuesta? Ellos necesitan un salvataje económico», motivo por el cual postulan la idea de vender los equipos de la planta. González resaltó que se debe saldar la deuda con los compañeros, y dar un cierre a este ciclo.
Haciendo referencia sobre la desconfianza que muestran con Garbarino, el representante de los trabajadores de Digital Fueguina sostuvo que en reiteradas ocasiones varias firmas mostraron su interés en reactivar la planta, sin embargo, «no son coherentes para sentarse a dialogar al momento de una negociación. Piden cosas que están fuera de lo normal. No tienen intereses en que la fábrica vuelva a producir», sentenció González.
Desde hace más de 3 meses los trabajadores quedaron completamente a la deriva, ya que no perciben ningún tipo de sueldos, salarios ni obras sociales. «Sabemos que este tipo de movida llevan al trabajador al cansancio, desestimar que puede haber algún tipo de solución, pero nosotros no bajamos los brazos hasta que el último compañero reciba su indemnización», cerró Marcos González.
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