Este 2 de junio se celebra el Día Nacional del Perro, en honor a un perro policía llamado “Chonino” que se unió a la fuerza policial federal con 2 años de edad y falleció en el año 1983 mientras ejercía su labor.
“El mejor amigo del hombre” es elogiado en esta fecha y por dicho motivo ((La 97)) Radio Fueguina tomó contacto con el médico Veterinario Jeremías Sarmiento, quien manifestó que cada vez se pone más en valor a los canes.
“La tendencia es que crecen los cuidados ya que cada vez los perros forman más parte de la familia”, declaró.
Sin embargo, se lamentó de que aún hay personas que los abandonas o le dan los mínimos cuidados, exigiendo que sean meros perros guardianes.
“Por eso este día se busca hablar de todos los perros que ofrecen un servicio y se pone en valor qué ofrecemos nosotros a estos animales”, declaró el veterinario.
La tendencia a recibir una mayor atención es evidente en los consultorios de veterinarias y Sarmiento se alegró porque “un perro es cada vez más costoso porque se atiende a su bienestar”.
En este sentido, mencionó que parte de los cuidados deben atender a la alimentación: “Cualquier que no sea balanceada en sus nutrientes va a ser mala”.
Pero advirtió que lo dicho no implica que los alimentos balanceados sean buenos para el perro, “vinieron a facilitar la alimentación, pero la dieta fisiológica o normal que tendría que recibir un perro es más de origen natural y de productos cárnicos. Muchos de los balanceados suplantaron la proteína animal por la vegetal, lo que dificulta la digestión, por eso nos encontramos hoy con perros diabéticos”, ejemplificó.
“Yo tengo que atender a varios perros diabéticos”, reiteró el inaudito hecho.
Por otro lado, para aquellos que quieran adoptar el veterinario Sarmiento recomendó: “Siempre es mejor un cachorro donde los infantes no sean tan niños. Un perro no es un regalo, es una responsabilidad, un animal que va a vivir 15 o 20 años y los responsables deben hacerse cargo”.
Por último, el médico Veterinario, Jeremías Sarmiento recordó la anécdota de su primer perro: “Estaba en el segundo año de la facultad y me trajeron a una perra que, defendiendo a su familia, fue atacada y malherida por un Dogo. Me pedían que la duerma, era una rottweiler. Cuando la puse en la mesa con la intención de practicar la eutanasia me di cuenta que no podía, la cuide y me acompaño durante toda la carrera”.
“Tengo una foto de ella que entró caminando conmigo a rendir una vez, eso me marcó toda la vida”, finalizó recordando emocionado el médico veterinario.
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