El seleccionado argentino completó su primera fiesta post Mundial ante el multitudinario público que colmó el renovado estadio Mas Monumental con un triunfo sobre el final ante Panamá por 2 a 0 que tuvo como frutilla del postre el gol 800 en la carrera de su capitán, Lionel Messi, en su séptimo intento de tiro libre de la noche.
La presunta desproporción entre el campeón del mundo y este conjunto panameño, que vino a afrontar este compromiso con equipo alternativo, si bien se notó en la jerarquía individual y colectiva, no se tradujo en el resultado y tampoco en acumulación de situaciones de gol durante el primer tiempo.
Salvo un tiro libre que rebotó en el palo izquierdo ejecutado por Lionel Messi, que antes de esa acción terminó todo raspado en la rodilla derecha, sobre el cuarto de hora, no hubo otras aproximaciones con riesgo real para el arco defendido por José Guerra.
Obviamente que los dirigidos por Lionel Scaloni hegemonizaron la posesión del balón, pero lo manejaron en forma de abanico entre tres cuartos de cancha y el área rival, sin generar filtraciones dentro de ella.
También y como consecuencia, el arquero Emiliano Martínez nunca entró en contacto con el balón, por lo que fue saludable para él que los «Dibu, Dibu» de los hinchas argentinos se hubiesen producido antes del encuentro, ya que durante su transcurso no había acción alguna que lo ameritara.
La fiesta no parecía ser completa por entonces, pero a su vez tenía el atractivo que ofrece un partido de fútbol jugado «en serio», con una oposición real para el «homenajeado». Y eso intentó Panamá: no ser un simple partenaire.
Y a fuerza de disciplina táctica, prolijidad y entrega, los centroamericanos hicieron olvidar por un buen rato ese estado emocional que flotaba en los más de 80.000 hinchas para reemplazarlo por una ansiedad creciente a la espera de algo también «especial», como por ejemplo el gol 800 en la carrera de Messi.
Pero se fue el primer tiempo sin nada de eso, y el segundo transitó por el mismo camino, De entrada nomás Lionel Scaloni realizó tres cambios, dos más antes del cuarto de hora y el sexto y último a los 23 minutos. Es decir que a esa altura del complemento habían variado el 60 por ciento de los jugadores de campo que habían iniciado la final del Mundial de Qatar ante Francia.
Pero esa persistencia en el dominio argentino y un par de tiros libres de Messi que siguieron pasando cerca del arco «rojo» fueron los que pintaron de colores tenues la escenografía de la primera hora de la segunda etapa.
Hasta que en la ejecución de su quinto tiro libre de la noche, Messi hizo rebotar nuevamente el balón en un palo del arco de Guerra, pero en este caso y a diferencia del primer tiempo, en el derecho. Y del rebote apareció el ingresado Thiago Almada y su zurda para registrar su primera conquista oficial con la camiseta del seleccionado argentino.
Por la misma vía siguió intentando Messi inmediatamente llegar al 800, pero su sexto disparo se fue por encima del travesaño.
Evidentemente esa marca, que de extenderse a dos tantos más la elevaría a 100 con el seleccionado mayor, y de ser tres le sumarían el 55to. «hat Trick» de su carrera, parecía que iba a quedar para el próximo martes en el estadio Único Madre de Ciudades, de Santiago del Estero.
Pero la película no guionada no podía tener otro final que el que tuvo, cuando su zurda mágica entró nuevamente en acción.
Y así, cuando restaban apenas dos minutos para los 90, en su séptimo tiro libre clavó el balón contra el ángulo superior izquierdo del arco de Guerra, y entonces levantó sus brazos al cielo, fue nuevamente sepultado por sus compañeros como en Qatar, y por fin pudo festejar el tanto 800 de su carrera y el 62do. de tiro libre, superando por uno nada más y nada menos que a Diego Maradona.
La película, ya hecha serie, como quedó dicho, tendrá más episodios, ya que el martes continuará en Santiago del Estero.
Pero esa será otra historia, una celebración más, ya en el interior del país, que volverá a regocijarse con estos terceros campeones del mundo que viven de emoción en emoción, con llantos a raudales como los exhibidos especialmente por «Dibu» Martínez y Scaloni al momento de sonar el Himno Nacional. Aunque no fueron los únicos. Los que no lloraron para afuera lo hicieron hacia dentro. Pero nadie pudo quedarse al margen de la emoción de los campeones del mundo.
Síntesis
Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico; Rodrigo de Paul, Enzo Fernandez y Alexis MacAllister; Lionel Messi, Julián Álvarez y Ángel Di María. DT: Lionel Scaloni.
Panamá: José Guerra; Iván Anderson, Edgardo Fariña, Richard Peralta y Kevin Galván; Jiovany Ramos, Irving Gudiño y Cristian Quintero; José Manuel Murillo, Alfredo Stephens y Ronaldo Córdoba. DT: Thomas Christiansen.
Goles en el segundo tiempo: 32m. Almada (A) y 43m. Messi (A).
Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar Víctor Medina por Quintero (P), Omar Browne por Córdoba (P), Thiago Almada por Mac Allister (A), Lisandro Martínez por Otamendi (A) y Lautaro Martínez por Julián Álvarez (A), 14m. Paulo Dybala por Di María (A) y Leandro Paredes por Enzo Fernández (A), 23m. Marcos Acuña por Tagliafico (A), Gilberto Hernández por Fariña (P), Martín Morán por Gudiño (P) y Michael Casazola por Galván (P) y 31m. Miguel Camargo por Murillo (P)
Amonestados: Galván, Fariña y Camargo (P).
Cancha: Estadio Monumental.
Árbitro: Christian Ferreyra (Uruguay)
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