Ritual del Año Nuevo Chino
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Celebran la llegada del Año Nuevo Chino

Se realizan celebraciones por el año 4710 del legendario calendario. Esta etapa estará regida por el Dragón, que es el símbolo del vigor. ¿Cómo se calcula el calendario chino?.

Ritual del Año Nuevo Chino

Arranca el año nuevo chino. Para casi 1.500 millones de chinos ha comenzado este fin de semana el año 4.710 del calendario, el año del Dragón.

El dragón es un animal muy especial, porque las cabezas de estas bestias ahuyentan el mal. Se augura por tanto un año de tranquilidad en el que habrá cambios positivos y se retomará una «dirección más correcta» en el ámbito económico. Y es que el dragón es un «animal invencible, que gana al mal».

Sólo en la ciudad de Madrid, donde se han celebrado numerosos actos festivos para rendir homenaje a la llegada del nuevo año chino, residen más de 45.000 chinos. Uno de los eventos más llamativos ha sido el que ha congregado el sábado a numerosos ciudadanos chinos en la puerta del Sol para festejar su nuevo año.

Una fiesta familiar

Representantes de la comunidad china aseguran que estas fiestas se desarrollan de modo similar a la celebración de la Navidad en España, puesto que son fiestas muy similares. Así, destacan la importancia de comidas y cenas con familiares y amigos, en las que uno de los alimentos más destacados será el pescado. También estarán presentes la carne de cerdo, el pollo, el pato y los dulces.

Además, durante la Nochevieja, que tendrá lugar la noche de este domingo, se encienden numerosos fuegos artificiales y petardos que impiden que durante esa jornada sea posible dormir y ocasiona que se dediquen a «comer, beber y bailar».

Cómo se calcula el calendario chino

El año chino es luni-solar, y por lo tanto, muy parecido al año luni-solar que ya conocemos, el año hebreo, en el que los meses son estrictamente lunares y el año intenta acomodarse al sol para no alejarse nunca demasiado del ciclo solar. Todo ello por el contrario que el año islámico, estrictamente lunar hasta hacer caso omiso del ciclo del sol; y que el año cristiano o gregoriano, estrictamente solar hasta hacer caso omiso del ciclo de la luna (aunque los meses tengan una duración aproximada al de dicho ciclo).

Para hacerlo así, el año chino tiene, como regla general, doce meses. Pero si entre el mes undécimo de un año y el mes undécimo del siguiente hay trece lunas nuevas y no doce, entonces ese año tendrá trece meses. Los meses chinos comienzan con la luna nueva, y constan de veintinueve o de treinta días. Reciben el siguiente nombre:

1º.- Shaoyué (primer mes)

2º.- Xingyué (mes del albaricoque)

3º.- Taoyué (mes del melocotón)

4º.- Meiyué (mes de la ciruela)

5º.- Lie yué (mes de la granada)

6º.- Heyué (mes del loto)

7º.- Lanyué (mes de la orquídea)

8º.- Guiyué (mes del osmantus)

9º.- Juyué (mes del crisantemo)

10º.- Liangyué (buen mes)

11º.- Dongyué (mes de invierno)

12º.- Layué (último mes)

Establecido el criterio en función del cual se determina y cuanto dura el año chino, queda ahora conocer cómo se denominan esos años, lo que en términos calendarísticos se denomina la cuestión de la “época” o de la “era”. Pues bien, por lo que se refiere a la era o contabilización del año, los chinos utilizan tres criterios diferentes.

El primer criterio es un criterio poco informativo, que se “contenta” con dar un nombre a cada año. Se trata de una escala duodecimal no numérica, en la que cada año se denomina por el nombre de un animal en un determinado orden que es éste: rata, toro, tigre, liebre, dragón, serpiente, caballo, oveja, mono, gallo, perro y cerdo. Con arreglo a esta escala, los chinos entran tal día como hoy en el “año del dragón”, y ponen fin al «año de la liebre».

El segundo criterio, más preciso que la anterior, es sexagesimal, dividiendo el tiempo en ciclos de sesenta años. Dentro de esos ciclos, cada uno de los años que lo componen se denomina mediante la combinación de dos listas, una primera denominada “tronco celestial”, y una segunda denominada “rama terrestre”. La primera, la del tronco celestial, se compone de diez vocablos que corren como sigue:

1 jia                 2 yi

3 bing              4 ding

5 wu                6 ji

7 geng              8 xin

9 ren                10 gui

La segunda, la de la rama terrestre, se denomina como los doce animales que hemos enumerado arriba, a saber:

1 rata (zi),                    2 toro (chou)

3 tigre (yin)                  4 liebre (mao)

5 dragón (chen)           6 serpiente (si)

7 caballo (wu)            8 oveja (wei)

9 mono (shen)              10 gallo (you)

11 perro (xu)               12 cerdo (hai)

Pues bien, presentadas las dos listas, el año 1º del ciclo se compone del primer elemento de cada lista, llamándose en consecuencia “jia-zi”; el 2º se compone con el segundo nombre de cada lista, llamándose en consecuencia “yi-yin”; el 3º con el tercer elemento de cada lista, en consecuencia “bing-chen”; el 4º con el cuarto elemento de cada lista, “ding-wu”… Así hasta el 10º, compuesto con el décimo elemento de cada lista, a saber, “gui-wei”… Pero en el undécimo elemento se produce el baile, pues al undécimo elemento de la segunda lista antecede el primero de la primera lista, la cual, como se ve, sólo consta de diez elementos, componiendo el año “jia-xu”. El duodécimo se compone del segundo elemento de la primera lista y el duodécimo de la segunda, dando el año “yi-hai”. El décimo-tercero se compone del tercer elemento de la primera lista, al que sigue ahora el primero de la segunda, dando el año “bing-zi”… Y así hasta el año 60º que cierra el ciclo, que se viene a componer del décimo elemento de la primera lista y el duodécimo de la segunda, dando el año “gui-hai”.

Estos ciclos sexagenarios comienzan su cómputo en el año 2637 a.C., elegido como primero de la era por ser aquél en el que, según la tradición, el Emperador Huangdi o Emperador Amarillo, emperador medio legendario que según la tradición reinó un siglo entero (2697-2597 a. C.), inventó el calendario. Lo que quiere decir que en el calendario chino, nos hallamos actualmente en el 78º ciclo de sesenta años. Un ciclo, éste que hace el número 78, que comenzó en el año gregoriano 1998. Por lo que el año chino en el que entramos hoy hace el año 29 del ciclo 78, llamado en realidad año “ren-chen” (“ren-dragón”) del ciclo 78.

Todo lo cual no obsta para que en la pragmática China a la que hoy vemos incorporarse a la cabeza del mundo industrializado no rija también, y probablemente con mayor uso que el autóctono del país, el calendario gregoriano. Los primeros en utilizarlo por primera vez en el gigantesco país asiático habrían sido los jesuitas, que lo habrían hecho tan pronto como el mismísimo 15 de octubre de 1582 en que fue instaurado en Europa, -y más concretamente en España, primer país en incorporarse a él-, por el Papa Gregorio XIII. Si bien oficialmente no será adoptado hasta 1912. Mucho menos tarde de lo que a muchos pueda parecer, pues es, en cualquier caso, antes de lo que se hizo en muchos países europeos, así Rusia, que no lo hará hasta 1918, o Grecia, que no lo hará hasta 1923. Y es que en la Europa ortodoxo-oriental, iglesia y gobiernos se mantuvieron recalcitrantes en el calendario juliano que regía antes del gregoriano, parecido en sus criterios pero mucho menos preciso. Quizás para no tener que dar la razón a un obispo de Roma, aunque los cálculos de sus astrónomos fueran incontestables y hasta el más lego de los astrónomos orientales hubiera de reconocer su mayor precisión.