Rodrigo Palacio fue vendido por Boca al Genoa, de Italia, en 4.500.000 euros, una cifra que representa el 57 por ciento del valor que desembolsó proporcionalmente el Hoffenheim, de Alemania, por el mediocampista central Franco Zuculini, procedente de Racing.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
El volante de la ‘Academia’ fue cedido a cambio de 6.700.000 euros por el 85 por ciento del pase, mientras que la suma pagada por el Genoa para adquirir a Palacio fue por la totalidad de los derechos económicos.
En base a la cotización del 85 por ciento del pase de Zuculini, se deduce que el ciento por ciento costaría 7.880.000 euros.
Indudablemente, la pubialgia que aquejó a Palacio durante la mayor parte de la pasada temporada provocó una sensible merma en su rendimiento, además de restarle continuidad.
En la 2008/09, el bahiense sólo jugó 30 partidos, en los que marcó 11 goles. Jugó dos con la camiseta del seleccionado argentino y marcó un tanto, mientras que el resto fue actuando para Boca.
En la temporada 2007/08 disputó 43 encuentros con Boca y anotó 14 goles. En ese año futbolístico, el atacante convirtió el transitorio 1 a 1 con el Milan en la final del Mundial de Clubes 2007, que ganaría finalmente el equipo italiano 3 a 1.
Palacio fue elegido el tercer mejor jugador del certamen disputado en Japón, por detrás del brasileño Kaká (recibió ese año el máximo premio de la FIFA) y el holandés Clarence Seedorf.
En 2006/07, el delantero actuó en 46 juegos y marcó 7 goles (uno en el seleccionado, sin conquistas y fue el máximo artillero del Apertura 2006, junto a Mauro Zárate, con 12 anotaciones), mientras que en la 2005/06 jugó 39 encuentros y convirtió 17 tantos.
Ni haber obtenido el Apertura, la Recopa y la Sudamericana en 2005; el Clausura y la Recopa en 2006; la Libertadores en 2007, y la Recopa y el Apertura en 2008 con Boca le permitieron a Palacio tener una cotización acorde con su palmarés.
Es más, el bahiense costó menos de la mitad que un jugador vinculado con la marca y que no conoció la vuelta olímpica, algo impensado hace nada más que siete meses.