Dos hombres que fueron contratados para impedir la circulación en un campo de Catriel (Río Negro) reclamaron salarios y una indemnización por despido por los servicios prestados. Demandaron al encargado del establecimiento rural que, en el medio de una disputa con un campo vecino, los convocó para hacer un corte de un camino interno. Les pagó 10 mil pesos, de manera informal. En el juicio afirmó que los había llamado porque eran “conocidos piqueteros”. La Cámara Laboral de Cipolletti rechazó la pretensión y le impuso el pago de los gastos del proceso.
El campo donde ocurrieron los hechos se encuentra a 39 kilómetros de Catriel y según surgió en la demanda existe una zona en conflicto debido a que dos familias se disputan la propiedad. En ese sitio una empresa petrolera explota la actividad y abona servidumbre de paso.
El encargado del campo que organizó el piquete lo hizo con intenciones de impedir la circulación de un camino interno para que la familia vecina no accediera hasta ese lugar. Supuestamente, según sus expresiones, pretendían usurpar esa parcela. En consecuencia trasladó a un grupo de ocho personas, dos de las cuales promovieron luego un juicio laboral para reclamar salarios e indemnización por despido.
En la demanda, los dos hombres que protagonizaron el piquete sostuvieron que trabajaron como “serenos” y que, en consecuencia, su actividad debía ser encuadrada en la categoría “peón general” del sector agrario. En su defecto, solicitaron acogerse al Convenio Colectivo de Trabajo de Petroleros Privados debido a que en ese sitio había una firma que explotaba el petróleo.
El demandado negó todas las circunstancias y explicó que uno de los hombres es “un conocido y activo piquetero, participante en distintas situaciones de cortes de ruta y piquetes, que era amigo de su familia, y por dicha razón (la experiencia como piquetero) se lo convocó a participar en el corte percibiendo como colaboración la suma de 10.000,00 pesos semanales”. Esa persona, supuestamente, fue la encargada de convocar al resto.
Como los dos hombres que interpusieron la demanda no probaron la realización de ninguna actividad agrícola y, ante el reconocimiento de los hechos por parte del demandado, la Cámara del Trabajo rechazó los reclamos por tratarse de un objeto ilícito, situación prohibida en la ley. Todas las partes tendrán que afrontar los gastos del juicio.
En el caso se llegó a la conclusión de que el objeto del contrato entre los dos hombres y el demandado “desde la óptica del Derecho del Trabajo, ha sido ilícito, contrario a la ley y a la moral y buenas costumbres, por comprometer el interés general y el derecho de libre circulación, amparado por la Constitución Nacional”.
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