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Río Grande

El inquietante testimonio de la joven que denunció a un policía por violación

El hombre está preso, acusado de varios delitos contra su expareja. Tenía dos prohibiciones de acercamiento, pero las violentó reiteradamente. El relato de la víctima.

Esta semana, un suboficial de policía, de 34 años, fue procesado con prisión preventiva por orden del Juez de Instrucción Daniel Cesari Hernandez. Está acusado de varios delitos graves, entre ellos la violación con privación ilegal de la libertad de la que fuera su pareja y de quien se niega a alejarse.

Según informara en forma exclusiva radiofueguina.com, el hombre declaró ante el juez el jueves pasado, tras lo cual el magistrado dispuso su procesamiento, en base a la acusación de abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real con violación de domicilio y daños, en concurso real con amenazas, agravadas por arma y privación ilegal de la libertad agravada.

La noticia es un alivio para la mujer que expresó ante el Juez su temor de que continuaran los ataques si su agresor continuaba en libertad.

Entrevistada por “Minuto Fueguino”, la joven efectuó un repaso de todos los momentos vividos con quien fuera su pareja durante algo más de dos años, en varias etapas.

“Durante la cuarentena yo convivía con él –comenzó su relato-  llevábamos un año y medio conviviendo. Tuvimos algunas discusiones y me golpeó, por lo que yo me fui de la casa, me fui a vivir con mi mamá”. “Fue entonces que pedí una restricción de acercamiento; solamente eso, no quise hacer denuncia penal por el hecho de que él me decía que se iba a quedar sin trabajo por mi culpa”, se sinceró.

Dando a entender que no comprendía las causas de la falta de medidas enérgicas para frenar a su agresor, siguió relatando que “tuvo prohibición de acercamiento por 30 días, la que incumplió repetidamente”.

Los tiempos de la cuarentena, con encierro obligado para muchos y protagonismo de la policía en las calles por el control de circulación de personas y vehículos fue un escenario particular, que la joven tiene en la memoria muy especialmente “Él trabajaba en la comisaría Quinta, en esa época paraba los autos para verificar los DNI porque estaba regulada la circulación en cuarentena. En esas oportunidades paraba a mi hermana cada vez que pasaba para Chacra XI y me mandaba mensajes con ella”, recuerda.

Lo que sigue es un capítulo repetido en casos de violencia de género: el intento de la víctima de retomar la convivencia, con la esperanza de que “las cosas puedan mejorar”. Pero no fue así, los problemas siguieron y una nueva separación.

Es entonces que el relato se vuelve dramático, escenas de violencia cada vez más graves, con policías (compañeros del hombre) como testigos:

“El 17 de diciembre del año pasado llego a casa –refiere- y él estaba adentro, había ingresado por la ventana. Estaba dormido, cuando despertó se puso violento, me empezó a pegar, me tiró sobre la cama y me empezó a ahorcar. Por suerte nos caímos de la cama y ahí es cuando pude huir”. “Yo tenía escondido mi celular, cuando pude llamé a la policía. Cuando llegaron, él atendió y dijo que no pasaba nada, que no era ahí, que se habían equivocado de dirección. Entonces salí de mi escondite y pude avisarles que sí, que era ahí que había pedido ayuda”. “Yo estaba golpeada, con la cara llena de sangre, en estado de crisis, lo tuvieron ahí hasta que pedí que lo esposaran”, rememora, no sin volver a sentir aquella sensación de pánico.

“Lo detuvieron –continúa- lo llevaron al Hospital igual que a mí. Después de eso pedí otra prohibición de acercamiento e hice la denuncia por las lesiones y porque entró por la fuerza a mi domicilio”.

Mientras la causa penal por la agresión comenzaba a sustanciarse, viene la polémica de siempre: la actuación de quienes tiene que proteger a la víctima de violencia y las dudas sobre el cumplimiento de las medidas impuestas: “Tenía una restricción de acercamiento, esta vez sin fecha límite y había algunas rondas policiales periódicas, pasaban a preguntar si estaba ben, pero después se suspendieron hasta que ocurrió lo de enero”.

“Lo de enero”, fueron los hechos gravísimos que denunció la mujer en sede policial y que, tras las pericias correspondientes, movieron a la orden judicial de ponerlo en prisión.

“El 22 de enero me encontraba durmiendo sola en casa, escucho un ruido muy fuerte en la puerta. Cuando voy a ver, lo encuentro tirado en el piso por la fuerza con que golpeó la puerta para entrar. Le pedí que se fuera, pero no hizo caso, me llevó a la pieza y ahí es cuando abusa de mí”.

El relato que la joven dio ante el juez remite a hechos verdaderamente muy graves, que deberán dilucidarse en sus detalles y en su magnitud con el avance de la investigación. Pero por ahora la Justicia ha dado total credibilidad al testimonio de la denunciante y, sin ninguna duda, se llegará a un juicio oral en cuyo marco deberá -una vez más- revivir el horror que dice haber sufrido, buscando una condigna condena.

Como la entrevista se realizó horas antes del dictado de la prisión preventiva, la mujer reiteraba entonces su pedido urgente para que el hombre fuera encerrado: “Me da mucho miedo si sale y le ponen pulsera electrónica, no le importa nada, claramente”, se alarmaba.

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