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Carlos Martinic

El diente de león, un aliado para la cocina en Río Grande

El premiado repostero riograndense destacó las virtudes culinarias y nutritivas de esa plantita de flores amarillas que muchos consideran maleza. La miel vegana de diente de león, una receta imperdible.

El diente de león no es una planta nativa de Tierra del Fuego. Es una de las tantas especies introducidas, muy probablemente de forma accidental en décadas de constante movimiento migratorio de nuevos pobladores que llegaban a la isla.

En nuestra provincia, casi todos la consideran una simple maleza, un yuyo que viene a incomodar el prolijo césped que en nuestros jardines intentamos promover.

Pero, el diente de león en Europa y otros lugares, desde inmemoriales tiempos ha sido valorado como una planta muy nutritiva, incluso utilizada como remedio particularmente en la prevención de la hinchazón ocular.

Su característica florcita amarilla es el natural devenir de alguna de sus dos floraciones, una sobre fines de octubre y la otra un par de meses después. Las flores colorean prácticamente toda la primavera y se transforman en esa especie de panaderos que dejan volar sus semillas por el campo.

Tanto caracteriza a nuestra región, que el libro sobre el centenario de la ciudad de Río Grande lleva como título “Cien años de Río Grande. El pueblo de las flores amarillas”.

El libro del centenario de Río Grande y su alusión a las flores amarillas, diente de león.

Un entusiasta del diente de león es el famoso pastelero riograndense Carlos Fernando Martinic, docente durante años en el Don Bosco y que el año pasado cobrara fama al ganar, en Buenos Aires, el concurso Bake Off Argentina que transmitió el canal Telefé.

“Es muy nutritiva, tiene más calcio que algunos lácteos” apreció Carlos en comunicación con ((La 97)) Radio Fueguina. “Para nosotros en lo tradicional está catalogado como maleza, cuando sale el diente de león en casa lo queremos combatir porque arruina el césped. Pero está bueno cambiar la perspectiva, porque esta plantita que coloniza gran parte de la isla, nos hace mucho bien con sus muchas propiedades nutritivas”

El diente de león se puede consumir en su totalidad: hojas, flores y raíz, cada cual de manera muy diversa.

Martinic recomendó con sus hojas preparar una sencilla y sabrosa ensalada. E incluso, “la misma hoja, si uno prepara una pizza, la lava bien, la corta un poquito y funciona como la rúcula, arriba de la preparación” agregó a su recomendación. Las propias flores también se pueden consumir tanto en ensalada como en preparaciones.

Las raíces, cocidas, son “como tipo zanahoria pero mucho más picante, cercana al jengibre” compartió luego con entusiasmo.

Otra sabrosa recomendación, tortillas o croquetas con hojas de diente de león. Para ello, “siempre es mejor tomarlas antes de la floración, porque después se tornan un poco más amargas”. La preparación es similar a cuando se utilizan las más habituales acelga o espinaca.

Carlos Martinic en redes sociales. (@carlosbakeoff)

La miel de diente de león es la receta estrella que Carlos está terminando de diseñar, para luego compartirla por sus redes sociales, como lo hace habitualmente: “Es un dulce con un gustito y consistencia característica de la miel. Es muy interesante porque es una miel vegana, donde no participan animales para su producción”.

En épocas de cambios e innovaciones en nuestros hábitos alimenticios hacia una comida más saludable, una miel vegana de diente de león suena muy convincente.

“Está bueno tener en cuenta que, en el patio de nuestra casa, podemos encontrar estas plantas que son maravillosas” resumió el repostero más premiado. Eso sí, pidió tener cuidado de recolectar, para consumo, donde no haya animales domésticos generalmente alimentados con productos no naturales. 

Cosechar diente de león en el campo o en la huerta, para aprovecharlo en sus muchos usos, es una muy buena opción para consumirlo sin ningún problema. 

Carlos Martinic aseguró que en todos los casos se trata de preparaciones “muy ricas, muy sabrosas” a partir de esta planta fueguina por adopción, como tantos de nosotros.

Y convocó a aventurarse en algo verdaderamente novedoso en términos alimenticios: “Es cuestión de animarse y empezar a hacer estas cosas que aparecen en la naturaleza y verlas con cariño. A veces parece que es una plaga o que se viene la alergia, pero en realidad ese colorcito amarillo nos habla que es prácticamente oro para nuestro organismo”.

En definitiva, disfrutar de su belleza, tanto en lo estético como en lo sabroso y nutritivo.

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