Estaba todo listo y hasta habían comenzado a repartirse los primeros cartones. El pasado sábado, un multitudinario bingo iba a tener lugar en la sede local de la Universidad Tecnológica Nacional, aunque a diferencia de los que ya ocurrieron durante el mes de octubre, este no era organizado por el Gobierno o el Municipio de Río Grande.
Eran referentes cercanos al intendente de Ushuaia Walter Vuoto quienes estaban al frente de la organización del evento, que incluso había comenzado a tramitarse ante el Instituto Provincial de Regulación de Apuestas y que, se estimaba, podía llegar a congregar a varios miles de mujeres.
Sin embargo, el acto que muchos leían en clave política y analizaban como un desembarco oficial del mandatario capitalino en el norte de Tierra del Fuego no consiguió los permisos necesarios y debió ser suspendido.
Curiosamente, esa misma suspensión parece haberle dado una oportunidad más a la desgastada relación que mantienen Marín Pérez y Walter Vuoto desde hace meses, cuando funcionarios de Ushuaia optaron por comenzar un conflicto abierto con el propio Pérez, pero también con el Gobierno Provincial.
Y es que desde el Municipio de Río Grande evaluaban que no había marcha atrás si un encuentro, como este bingo, tenía lugar en la ciudad. Son códigos de la política, que muchos pueden desconocer, pero que están vigentes y mantienen su validez: no puede organizarse un evento “político” en una ciudad gobernada por otro sin siquiera mantener antes un diálogo previo.
Ese límite, afortunadamente para muchos, no se cruzó, aunque se mantiene el perfume de la tempestad que vaticina una nueva tormenta en el Frente de Todos. En Río Grande mantienen la guardia en alto; en Ushuaia, confiaron fuentes oficiales a ((La 97)) Radio Fueguina, no descartan que el desembarco se realice, de todos modos, en las próximas semanas.
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