Un tribunal civil de El Cairo prohibió ayer a la Junta Militar, que gobierna Egipto de forma transitoria, la realización de «pruebas de virginidad» a mujeres detenidas en prisiones castrenses. Una práctica vejatoria cuestionada por activistas y grupos de derechos humanos, sobre todo desde la creciente represión ejercida contra mujeres que participan en manifestaciones a favor de la democracia.
El juez Aly Fekry, presidente del Tribunal Administrativo de El Cairo, ha sentenciado «que se ponga fin a la ejecución del procedimiento de las pruebas de virginidad a mujeres dentro de las prisiones militares». Orden recibida con evidentes muestras de alegría por las personas congregadas ante el tribunal para escuchar este esperado fallo
En el exterior del juzgado, situado en la zona de Giza, cientos de activistas corearon lemas como «Que caiga el gobierno militar» y «Las jóvenes de Egipto son la infranqueable línea roja». Al tiempo que dentro de la sala, al conocerse la decisión, algunos de los presentes gritaron «Viva la Justicia» y «El pueblo lo quiso y el pueblo triunfó».
Esta intervención judicial ha sido impulsada por el caso de Samira Ibrahim. Una joven de 25 años que, según denunció ella misma, fue sometida a una de esas pruebas de virginidad el pasado mes de abril, después de ser detenida durante las protestas de la emblemática Plaza Tahrir. Al conocer la sentencia, Samira Ibrahim subrayó: «Este caso es para todas las mujeres de Egipto, no sólo para mí».
Las fuerzas de oposición egipcias insisten en que estas humillaciones son habituales en los centros de detención a cargo de los militares. Amnistía Internacional ha reunido los testimonios de algunas detenidas sobre lo que les ocurrió tras el desalojo por parte de efectivos militares de la plaza Tahrir el 9 de marzo, un día después de la Jornada Mundial de la Mujer.
Según Amnistía, al menos 18 mujeres fueron detenidas, golpeadas y sometidas a descargas eléctricas, y 17 fueron obligadas a someterse a pruebas de virginidad y amenazadas con cargos de prostitución. Como resultado de esa represión, varias mujeres fueron condenadas a sentencias suspendidas de un año de cárcel por supuestos delitos como destrucción de la propiedad, obstrucción del tráfico, posesión de armas o alteración del orden público.
Medida de precaución
En declaraciones a la televisión CNN, un general egipcio, que se amparó en el anonimato, reconoció esas prácticas, que consideró justificadas. Esas mujeres «no son como su hija o la mía, sino muchachas que han compartido tiendas de campaña con manifestantes varones», señaló el general, que agregó que se hicieron las pruebas para que más tarde no se pudieran realizar falsas acusaciones de violación contra los soldados.
En un principio, los militares negaron que estuvieran realizando pruebas de virginidad a detenidas, aunque la semana pasada se conoció el procesamiento de un médico castrense por abusos. Asimismo, fiscales militares han empezado a hablar de casos individuales que serán perseguidos.