Este miércoles asumió como nuevo titular del ampliado Ministerio de Economía de la Nación el hasta hoy diputado nacional y presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, despertando no pocas expectativas en todo el espectro político, social y económico del país, acuciado por una profunda crisis.
A su lado -como en todos estos años- Ignacio de Mendiguren será el nuevo secretario nacional de Producción, dejando así el cargo que ocupara hasta ahora al frente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Luego del primer discurso y los primeros esbozos de las medidas principales que tomará la nueva conducción del equipo económico, será momento de verificar cuál será la actitud que tanto Massa como De Mendiguren tomarán frente al régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego que ampara la ley 19640.
Si de revisar el archivo se trata, son numerosas las declaraciones, muestras de apoyo y anhelo de continuidad que expresó en los últimos años Sergio Massa. Sobre todo, en épocas de campaña cuando visitaba la isla en compañía de sus referentes locales, Rubén Sciutto y Federico Sciurano.
De hecho, en julio de 2014 Massa vino Tierra del Fuego y firmó un acta compromiso para sostener en el tiempo los beneficios de la ley 19640, basado en “la importancia del régimen de promoción industrial como política de Estado para el desarrollo geopolítico de Tierra del Fuego” tal como al pie rubricó.
“El desarrollo de Tierra del Fuego es pensar a largo plazo y es decir que el régimen tenga vigencia en el tiempo”, expresó entonces un Massa en campaña. Del mismo modo, pedía a las empresas “estabilidad para sus trabajadores e innovación tecnológica para invertir en el futuro”.
Pocos meses después, el hoy superministro reiteraba su pensamiento respecto del régimen fueguino en la paqueta mesa de Mirtha Legrand. Allí celebró el frente conformado en Tierra del Fuego y reafirmó su compromiso “con los fueguinos en el régimen con la misma perdurabilidad que el de Manaos”, destacando que ese planteo se hizo desde las diversas fuerzas políticas que localmente lo apoyaron.
Al año siguiente se produjo una escaramuza entre las filas massistas, cuando su candidato a gobernador de Buenos Aires, el entonces mediático diputado Francisco de Narváez, dijo públicamente que al régimen de la 19640 “hay que ir sacándole los beneficios para llevar los recursos a la provincia” de Buenos Aires, que infructuosamente pretendía gobernar.
Massa guardó silencio en aquella ocasión, aunque el propio Sciutto debió salir a ratificar el apoyo de su referente a la continuidad de la 19640, que personalmente le transmitió.
Un vasco a mi derecha
En todas estas ocasiones a la derecha de Massa siempre -siempre- estuvo sentado De Mendiguren. En el IPRA de Río Grande, en la intendencia de Ushuaia y hasta entre bambalinas en el programa de TV de los almuerzos más famosos.
No obstante su certificadora presencia, no son tan habituales las referencias explícitas del industrial ahora secretario de la producción hacia el régimen de promoción de Tierra del Fuego.
Presidente de la comisión de Industria de la Cámara de Diputados durante toda la gestión del macrismo, De Mendiguren fue siempre una oreja dispuesta a escuchar las quejas y lamentos de los parlamentarios fueguinos espantados por el daño que sobre el régimen en particular, pero sobre la industria toda en general, se cometía sistemáticamente durante esa etapa.
Inclusive en aquel entonces De Mendiguren fue invitado a la provincia por la conducción local de la UOM, en la persona de su referente Óscar Martínez, para recorrer las fábricas y hablar con la gente en Ushuaia y Río Grande, de manera de hacer frente a los atropellos y perjuicios de la política macrista, patentizada en la apertura indiscriminada de la importación que tanto mal causó al sector.
Tampoco son buenos los recuerdos más recientes de la gestión encabezada por Matías Kulfas, cuya consecuencia fue claramente perjudicial para el sector textil en la isla.
Recorrido todo el archivo y superadas las etapas de campañas proselitistas y de gestiones oficiosas desde lo parlamentario, hoy Massa y De Mendiguren tienen en sus manos la muy promocionada lapicera, la herramienta, el marco adecuado para tomar medidas y ya no solamente manejarse con opiniones populistas o expresiones de deseos.
Los antecedentes son auspiciosos. Se verá si se confirman a la hora de la verdad.
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