El pasado jueves 21 de abril salió a la luz un complejo mecanismo de recaudación mediante el cual una empresa se queda con la recaudación que es fruto directo del desinteresado aporte de los vecinos a los Bomberos Voluntarios.
Y es que el propio presidente de la Comisión Directiva de la institución, Pascual Lombardo, reconoció en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina que existe desde hace años una empresa que hace negocios con las donaciones que realizan los riograndenses.
Tal vez sin darse cuenta y en el apuro por explicar lo inexplicable, el presidente de la Asociación Bomberos Voluntarios reveló que la campaña de recolección de fondos que se realiza todos los años, en realidad no es a beneficio directo de los Bomberos Voluntarios (como se promociona), sino de una empresa de publicidad con la cual se ha firmado un contrato que le permite hacer su negocio, a cambio de una suma fija, irrisoria si se la compara con la recaudación estimada.
“Bomberos Voluntarios recibe una suma fija de 250 mil pesos, el resto va para la empresa”, confesó Lombardo, admitiendo a la vez que, a pesar de ser el responsable final de todo el armado, no conoce de cuánto es la recaudación, lograda con el aporte de los vecinos de la ciudad.
Pero… ¿quién se lleva parte de la recaudación?
Según explicó el propio Lombardo y tal y como figura en el ticket de la vecina que con su denuncia destapó el escándalo, la empresa encargada de recaudar fondos en nombre de los Bomberos es JC Servicios, también conocida por su otro nombre de fantasía «Sur Eventos».
A nombre de Julio César López y con domicilio fiscal en calle Estrada 2490 de Río Grande, JC Servicios figura inscripta ante la AFIP como una verdadera «todo terreno». En 2006 obtuvo el alta por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos, como «Trabajador Autónomo, Categoria T2 Cat I Ingresos hasta $20.000».
En 2013 inscribió en AFIP como actividad principal la de «Servicios de Publicidad», aunque también fue anotada para los siguientes rubros como actividad secundaria: Promoción y producción de Espectáculos Deportivos, Pintura y Trabajos de Decoración, Mantenimiento y reparación del motor, Construcción e Instalaciones de gas, agua y sanitarios.
Por si fuese poco, en 2017 incorporó otro servicio: en marzo de ese año sumó a sus actividades la de «Servicios relacionados con juegos de azar y apuestas» y tres años más tarde completó la lista con la «Venta al por menor de muebles para el hogar, artículos de mimbre y corcho».
Los vendedores que golpean a la puerta de los vecinos para ofrecer el bono «solidario» visten prendas similares a las de los bomberos (incluso, una inscripción en la espalda lo reafirma), pero en realidad no pertenecen a la institución, no fueron y no son bomberos. Son empleados contratados por JC Servicios, por los cuales debería aportar las correspondientes cargas sociales.
Su número no es conocido, y tampoco Lombardo supo explicar cuál es su situación actual, aunque dejó en claro que no tienen ninguna relación laboral con Bomberos Voluntarios.
Entre los antecedentes de JC Servicios se cuenta haber vendidos bonos de una campaña solidaria ligada a un comedor comunitario, aunque en este caso se trata de un acuerdo entre privados, a diferencia del suscripto con los Bomberos, una entidad que maneja fondos surgidos del erario público y con la obligación de rendir cuenta de sus manejos económicos a la Inspección de Sociedades Jurídicas, entre otros organismos de contralor.
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