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Cómo se vivió el golpe en Río Grande

El recuerdo de Juan Degratti: aquel 24 de marzo de 1976

El respetado referente justicialista y sindical de Río Grande falleció en 2021. Años atrás, pasó por los estudios de ((La 97)) para compartir su recuerdo de la fatídica jornada del 24 de marzo de 1976.

El 24 de marzo de 2017, al cumplirse el 41º aniversario del nefasto golpe militar de 1976, se reunieron en los estudios de ((La 97)) cuatro caracterizados vecinos de Río Grande, para compartir su recuerdo de aquella negra jornada histórica.

Los cuatro cumplían en aquel entonces preponderantes funciones en el ámbito político y sindical de la ciudad, por lo tanto fueron blanco programado de los asaltantes del poder en la más sangrienta dictadura que vivió la Argentina.

Manuel Vera, Domingo Montes, Hugo Domínguez y el recientemente fallecido Juan José Degratti, dialogaron y recordaron la jornada de hace 46 años. En la mesa de redacción moderaba el diálogo nuestro recordado Héctor Cavallotti, quien ya no está entre nosotros. 

“Esto habría que grabarlo, cuando se cumplan 50 años del golpe muchos de nosotros no vamos a estar” había expresado casi premonitoriamente el entrañable Juan José Degratti. Nos dejó el año pasado, y su recuerdo estará ligado para siempre con jornadas como las de hoy, de reflexión, de lucha, de respeto y homenaje.

Así relataba aquella aciaga jornada que hoy se rememora, quien por entonces era secretario general del gremio petrolero y de la Confederación General de Trabajo, un verdadero referente del justicialismo fueguino, apreciado y respetado por compañeros y adversarios:

“Me levanté como siempre a las 7:30 para ir a trabajar en una empresa en la calle Don Bosco 1057. Me despido de mi señora, de mis hijos pequeños. Llego al taller y a las 8:05 aparece un Falcon amarillo y una camioneta Dodge azul, de la policía territorial. Entran y preguntan por Juan José Degratti. Justo los atiendo yo, ‘yo soy’ les dije, me dijeron ‘a partir de este momento queda detenido por orden de la Junta Militar de Gobierno, soy el teniente primero de Infantería de Marina Ernesto Migliavaca’. Cuando voy a salir, en ese momento estaba Héctor Loncón Villarroel, que hoy trabaja en Vialidad Provincial, y José Nicolás Azzaro, fallecido en Comodoro Rivadavia. Estos infantes fuertemente armados me suben a la Dodge azul y me llevan esposado a la comisaría primera”.

“Cuando me ingresan a la celda estaban el compañero del SUPE, Dionisio Juárez, y el compañero de ATE y presidente del Concejo Deliberante, Rodolfo Canalis. Estábamos los tres ahí detenidos. Se me dio por escribir ‘VP’ con una tiza. El comisario García me pregunta:

-¿Quién escribió eso?

-No sé señor- le respondí

-Usted tiene que saber, porque yo conozco su ideología

“Yo le respondí que debía respetar mi ideología así como yo respetaba su uniforme. Me hizo tomar un balde y borrarlo”.

“El suboficial mayor de Infantería de Marina Juan Antonio Oliva me acerca a la delegación de Trabajo y estaba el compañero Hugo Domínguez, estaba Carlos Molar y la señorita Torres, que era la que estaba haciendo el interrogatorio que me hacía Oliva”.

“Lo tuvieron a mal traer al compañero Hugo Domínguez porque decían que  era comunista… y Hugo era más peronista que Perón”, se exalta Degratti. “Sufrimos ese manoseo por parte de las fuerzas militares”.

“Yo protestaba dentro de la celda y tanto Canalis como Juárez -que ya no están con nosotros y fueron grandes compañeros-, me dijeron que me tranquilizara. Aproximadamente el 25 de marzo en la madrugada me sueltan. Pedí que los soltaran a Dionisio y a Canalis, pero Canalis sufrió una serie de trámites porque como era presidente del Concejo lo dejaron más tiempo. Yo pido que así como me trajeron que me lleven de vuelta. Y el teniente primero Migliavaca me dijo que no, ‘váyase porque si no, lo dejamos adentro a usted también’”.

“Me retiré y al otro día cuando fui a reclamar lo que me había incautado la policía territorial, creo que era el capitán Craveri el Jefe de Policía, me habían sacado unos afiches de Perón y Evita, y la chequera del sindicato. Allí donde actualmente está Aerolíneas Argentinas había un campo, no había nada, estuvo detenida un tiempo la camioneta roja Chevrolet Apache que era del sindicato. Esa me fue devuelta. Cuando yo volví a reclamar, el comisario, Dionisio Prado, me dice ‘Juan -por la amistad que teníamos, porque lo conocía de chico, era muy amigo de su papá-, te voy a confesar algo, no busques nada de lo que te secuestramos porque esto fue quemado todo. Lo único la camioneta que por orden de Craveri te va a ser devuelta. El resto de las cosas fueron quemadas’”.

Así eran las cosas en el por entonces pueblo de Río Grande. Donde todos se conocían y se respetaban en sus diferencias. Pero el oprobioso golpe interrumpió esa paz y abrió las puertas a una larga noche de la que los fueguinos no quedaron a salvo.

(N.de R.: La entrevista se realizó el 23 de marzo de 2017, vía Skype)

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