Mario Monti juró ayer como primer ministro y titular de la cartera de Economía de Italia tras formar un gabinete desprovisto de dirigentes políticos, integrado por “expertos” vinculados a bancos, empresas y al Vaticano y encargado de aplicar ajustes para superar la grave crisis de la deuda.
El ex comisario europeo, de 68 años, explicó que la ausencia de ministros políticos facilitará su tarea y que retener para sí la cartera de Economía le permitirá garantizar los “sacrificios” de los ajustes y la desregulación financiera de Italia para impedir una profundización de la crisis y retomar la senda del crecimiento.
Horas después de formar y anunciar su gobierno, Monti y sus ministros juraron sus cargos en la sede de la Presidencia de la República, en una ceremonia que puso fin formal al gobierno de tres años y medio del magnate Silvio Berlusconi y un alto a sus 17 años de dominio político en Italia.
En la ceremonia, presidida por el jefe de Estado, Giorgio Napolitano, el flamante jefe de gobierno se comprometió de manera solemne a ser fiel a su país, a observar la Constitución y a trabajar por el interés de la nación, antes de estrechar la mano del presidente.
Más temprano, al anunciar su nuevo gobierno, Monti dijo que hoy presentará su programa de gobierno en el Senado, antes de que la Cámara celebre una votación de aprobación de su gabinete. El proceso de ratificación se completará mañana con otra votación en la Cámara de Diputados.
La culminación de una ordenada transición política en Italia le permitió al país ganar algo de alivio en los mercados.
El bono italiano a 10 años bajó hoy 0,16 por ciento hasta un 6,77 por ciento, luego de que el costo del endeudamiento del país superara la semana pasada la barrera del siete por ciento, el nivel que forzó a sus socios del euro Portugal, Irlanda y Grecia a solicitar un rescate financiero externo.
Hasta julio pasado, Italia había evitado la tempestad de deuda de la Eurozona pese a tener un déficit récord de 1,9 billón de euros, casi el 120 por ciento de su Producto Bruto Interno.
Recuperar la confianza en el futuro de las finanzas de Italia es crucial, ya que, en su carácter de tercera mayor economía del bloque, es demasiado grande como para ser rescatada por Europa. Un default italiano, de hecho, amenazaría la existencia misma de la moneda común, pieza central de toda la política de integración europea de posguerra, y podría sumir al mundo entero en una nueva recesión, según analistas.
“Durante las consultas (con los diferentes partidos políticos) llegué a la conclusión de que la ausencia de políticos facilitará el trabajo del gobierno, ya que esa es una razón para el prejuicio”, declaró Monti a periodistas al presentar su Ejecutivo.
El gabinete del premier , que redujo de 21 a 12 la cantidad de ministerios, incluye a Corrado Passera, ejecutivo del segundo banco de Italia, Intesa Sanpaolo SpA, quien será ministro de Desarrollo Económico e Infraestructura. Piero Gnudi, ex presidente de la empresa pública Enel, la mayor compañía energética italiana, juró como ministro de Turismo y Deporte, mientras que el actual embajador italiano en Washington, Giulio Terzi Di Sant’Agata, será canciller.
Mientras, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, a modo de bienvenida al nuevo gobernante italiano, dijo a Monti que las próximas semanas serán clave para sus planes.