Acompañados de su esposa y las más altas jerarquías del Estado, el Jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, una veintena de ministros, y 700 personalidades del mundo de las artes, el cine, el teatro, la cultura, Emmanuel Macron rindió la tarde del miércoles un homenaje nacional excepcional a Jean-Paul Belmondo, en el Hospital de Los Inválidos (París), donde se encuentra la tumba de Napoleón.
Más allá del inmenso actor fallecido el lunes pasado, Macron rendía homenaje a un héroe nacional, en presencia de sus herederos, hijos, y nietos, en la sala de honor de un monumento histórico, donde Francia rinde homenaje a sus hombres más célebres y sus soldados caídos en los campos de batalla.
La orquesta de la Guardia Republicana y los coros del ejército francés acompañaron la ceremonia, durante una hora corta, interpretando el himno nacional, ‘La Marsellesa’ y la música de ‘El profesional’, original de Ennio Morricone.
El presidente Macron hizo un elogio fúnebre recordando el puesto central de Belmondo en la mitología nacional: «Belmondo fue el rostro de todos los grandes cambios de nuestras treinta décadas gloriosas. Lo amábamos porque se parecía a todos nosotros y encarnaba el rostro más olímpico de nuestra vida nacional, de los grandes héroes de nuestro teatro clásico a los héroes y el hombre de la calle de nuestro tiempo…».
Cine y mitos
Entre los grandes intérpretes de la historia del teatro y el cine francés, Belmondo quizá sea el único que encarnó de manera muy feliz todos los personajes clásicos del canon nacional: de Moliére a Godard, Belmondo encarnó una estela excepcional de héroes nacionales… D’Artagnan, Cyrano, Jean Valjean, figuras que resumen con un solo nombre los grandes mitos del heroísmo francés.
Ese énfasis del jefe del Estado, retransmitido por todas las cadenas de radio y televisión, en directo, tuvo algo de comunión laica. Muchas de las personalidades invitadas a la ceremonia, en el patio de honores de Los Inválidos, rompieron en lágrimas. Ante la gran explanada del monumento histórico, donde millares de personas seguían el acontecimiento, a través de grandísimas pantallas de televisión, muchas mujeres y hombres lloraban a lágrima viva, enarbolando imágenes célebres de Belmondo.
Como colofón lírico del gran homenaje nacional, la orquesta de la Guardia Republicana interpretó la música de la banda original de ‘El profesional’, obra de Ennio Morricone. Caía un sol de justicia, la emoción alcanzó su momento álgido. La familia de Belmondo, Macron, su esposa y las más altas jerarquías del Estado acompañaron el féretro del actor que llevaban al hombro un grupo de soldados en uniforme. Francia decía adiós a un héroe olímpico, encarnación legendaria de varios de los mitos nacionales.
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