Publicado en

Satélite alemán arrojaría a la tierra fragmentos de 1,6 toneladas

El Centro Aeroespacial no puede asegurar el lugar ni el momento. Viaja a 28 mil kilómetros por hora y perderá parte de su peso original al despedazarse en la atmósfera.

El organismo germano responsable del aparato (Centro Aeroespacial Alemán, DLR por sus siglas en el idioma original) acotó la fecha de impacto para algún momento entre el 21 y el 24 de octubre, es decir, los próximos viernes y lunes, pero en un punto aún sin determinar.

Hace una semana, los expertos pronosticaban que el satélite caería entre el 20 y el 25 de octubre, pero a medida que se acerca la fecha del impacto, mayor es la precisión con la que se puede calcular el momento en que tendrá lugar.

Al día de hoy, el margen de cálculo oscila en más/menos dos días y un día antes del impacto se reducirá a más/menos cinco horas.

Sin embargo, definir el lugar exacto del impacto es más complicado, principalmente por la elevada velocidad del Rosat -una vuelta completa a la Tierra dura sólo 90 minutos-, así como por la rotación de nuestro planeta sobre su propio eje, señaló Andreas Schütz, portavoz del DLR, con sede en Colonia.

Por el momento, los expertos tan sólo pueden precisar que el Rosat caerá sobre la Tierra entre los 53 grados de latitud norte y los 53 grados de latitud sur.

La posibilidad de que alguno de los restos del Rosat cayeran sobre una persona es de una entre 2.000, estiman los científicos.

Durante su misión, entre 1990 y 1999, el Rosat, de casi 2,5 toneladas de peso, giró alrededor de la Tierra en un una órbita elíptica a una distancia de entre 585 y 565 kilómetros de la superficie terrestre.

Desde que fue puesto fuera de servicio, el satélite alemán pierde altura continuamente debido a la fricción con la atmósfera terrestre, de manera que a principios de septiembre pasado la distancia con la Tierra se había reducido hasta unos 290 kilómetros y actualmente, según Schütz, es de 240 kilómetros.

Cuando el Rosat ingrese en la atmósfera a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora, el satélite se romperá en pedazos y la mayor parte se desintegrará debido al extremo calor generado por el rozamiento.

Sin embargo, los últimos análisis señalan que hasta 30 pedazos con una masa total de 1,7 toneladas -principalmente restos del espejo del telescopio, muy resistente al calor- podrían precipitarse sobre la superficie terrestre. El fragmento más voluminoso podría pesar hasta 1,6 toneladas, según los expertos.