Hay alguien que tiene algo de Dios, dijo el poeta, en referencia a la condición de Madre.
Un sacerdocio, arte y un oficio sagrados, siempre.
Pero más que nunca en el caso de las mujeres que, carentes de medios y de contención, deben cumplir su deber sublime e irrenunciable de cuidar de la criatura a la que han dado vida.
Las mujeres que sufren en silencio sus carencias y sus padecimientos y que muchas veces solo cuentan con su propio sacrificio para cumplir el rol de Madre.
A ellas, nuestro homenaje en el Día de la Madre.