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Día Nacional de la Donación de Organos

Un trasplante de riñón le cambió la vida

Celeste Vinazza había esperado dos años con la dificultad de realizarse el tratamiento de diálisis, siendo que su cuerpo reaccionaba negativamente.

La vecina de Río Grande recibió un trasplante de riñón el 11 de noviembre de 2020 y, finalmente, cambió su calidad de vida luego de dos intentos anteriores.

 “Hace 6 meses y unos días recibí mi trasplante de un riñón en el hospital Italiano, en plena pandemia”, expresó Celeste Vinazza.  “Me llamaron tres veces, la primera vez no lo podía creer, me empezó a temblar todo el cuerpo, porque es como que te tiembla todo, las tres veces como que no lo podía creer”, describió. 

“Me llamaron y viaje con otra señora que hacía diálisis conmigo en el CEMEP, y nos fuimos las 2, subimos las dos al avión sanitario, ella se fue al Británico y yo me fui al Italiano”, comentó la muchacha, que recibió el riñón de una señora de unos 50 años.

“Te pasa de todo por la cabeza, yo sabía que era mío o no, ya me pasó dos veces antes, así que iba de otra manera digamos, preparada. Fue a las 6 de la mañana, el 11 de noviembre del año pasado”, relató VInazza, en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina.

Su vida cambió de una manera radical luego de tener la operación:  “Desde entonces, en lo que es físico no tengo calambres, no me siento mal, cuando iba diálisis me sentía descompuesta, sin ánimo, yo llegaba a mi casa y me quedaba en la cama, y ahora estoy re bien, estoy con más energía”.

Por otra parte, la mujer dejó un mensaje en el marco del Día Nacional de la Donación de Órganos, que se celebra cada 30 de mayo. “Les diría que donen, porque le salvan la vida a otra persona que lo está esperando y les hace bien”, destacó Vinazza, y agregó que “obviamente, es difícil perder a una persona, pero las están ayudando a otras un montón, ha cambiar su vida y la de su familia”.

El Día Nacional de la Donación de Órganos se celebra desde 1997, en homenaje al nacimiento del hijo de María Obaya, la primera mujer trasplantada hepática en el Hospital Argerich de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A su vez, en el ámbito personal la vecina de Río Grande remarcó que puede llevar su vida prácticamente de manera normal. “Tengo que tener algunos cuidados básicos, pero hago vida normal, como todo el mundo -expresó la vecina- Yo hacía mi vida normal estando en diálisis, pero me cansaba mucho y ahora no; sí tengo que tener cuidado en no golpearme en el lado que tengo el riñón y esas cosas, pero hago vida normal, y estoy bien”. 

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