El jefe de la Guardia de Terapia Intensiva del Hospital de Río Grande, Cristian Svetlitze, se refirió al trabajo que se realiza en el sector de enfermería en este contexto de segunda ola de la pandemia de Covid-19.
Svetlitze explicó que hubo dos momentos diferentes en este proceso, el primero que implicó un aprendizaje durante el año pasado, y esta segunda etapa, donde ya existe un mayor conocimiento en la aplicación de los protocolos.
“Hay varios periodos en esto, el aprendizaje del año pasado, cuando empezamos en la pandemia respecto de cómo trabajar con el paciente con todos los llamados protocolos, y este año ya es distinto, ya estamos más preparados profesionalmente”, expresó el funcionario, y agregó que “más allá de que uno estudia varios años, la realidad es que esta pandemia nos ha llevado a un nivel profesional y científico mucho mayor, porque aparte todos los días es cambiante, no solamente la patología o éste virus, sino la forma de trabajo”.
En ese sentido, remarcó las complicaciones de la metodología de atención para pacientes con coronavirus, comparados con los pacientes de otras enfermedades: “En esto es imprescindible que los compañeros estén protegidos, y que logremos los objetivos; para nosotros, los enfermeros, es necesario mucho cuidado, porque la diferencia entre los pacientes de Covid-19 y el resto, es el cuidado de uno, las famosas protecciones, que llevan minutos para ponerse, minutos para sacarse, no solamente para proteger al paciente de lo que nosotros podamos llevar, si no también para protegernos nosotros de lo que el paciente nos puede contagiar”.
En ese sentido, indicó que hubo muchos profesionales de distintos ámbitos de la medicina que se contagiaron a pesar de todos los cuidados. “Muchas veces por distintos factores se han contagiado y hemos tenido contagiados médicos, kinesiólogos, enfermeros, personal en general”, expuso Svetlitze en declaraciones a Radio Fueguina.
Asimismo, el profesional reflexionó sobre la actividad de los médicos y enfermeros, luego de haber padecido Covid-19 y de haber sido atendido por sus propios compañeros, incluso en ocasiones sin saber quién era el que lo asistía, debido a toda la indumentaria que usan los trabajadores durante la internación.
“Es una sensación muy rara, de mucho agradecimiento, de poder ver del otro lado como se ve un colega, vestido de azul, blanco, o del color de camisolín que nos toque -relató el jefe de Terapia-, y es como sentir que viene un ángel, que viene una persona a la que uno quiere mucho y no sabes quién es, porque muchas veces uno no sabe quién es, pero la realidad es que viene a verte, a cuidarte, a ponerte la medicación”.
“Tenemos que estar contentos de todo lo que nosotros hoy pudimos dar, aunque a veces es injusto, y en vez de aplaudir hay que empezar a cuidarse”, sostuvo Svetlitze, y añadió que “en mi caso personal pienso que el lavado de mano y el distanciamiento hace a la cuestión, y no me veo encerrado, pero eso ya lo disponen desde el Ministerio para arriba”.
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