Fernando Pinto, propietario de un reconocido pub de Río Grande, se refirió a la situación que atraviesa el sector ante las medidas restrictivas. Destacó que todavía no se superan las deudas y complicaciones que generó el primer año de la pandemia y sostuvo que, al reducirse la cantidad de personas que pueden ingresar, se torna muy difícil poder afrontar los gastos salariales, tributarios y de alquiler.
“Yo no pensé que iban a volver a restringir ni los horarios ni nada, habíamos empezado a trabajar normalmente, con la fe de que esto pase, pero parece que no pasó y, aparentemente, se viene cada vez peor todo, porque a nosotros de un 50% de capacidad ahora tenemos el 30%, tenemos controles constantemente y se nos hace re difícil porque tenemos muchos empleados y la gente que puede entrar es poca”, consideró el empresario en declaraciones a Radio Fueguina.
Respecto de su actividad, comentó que tuvieron que buscar alternativas para tratar de sobrevivir en este contexto: “Nosotros tuvimos que reinventarnos, hacer por ejemplo delivery , que no lo hacíamos, comidas para llevar, un poquitito de todo para mantener a los chicos que trabajan con nosotros y poder mantener también toda la estructura, que es muy grande, porque nosotros acá somos más de 20 familias, entre músicos, empleados y toda la gente que trabaja con nosotros”.
“Se siente el perjuicio económico, la verdad -expuso Pinto-. Todavía estamos pagando cosas del año pasado de la pandemia, alquileres, impuestos y, ahora, con esta restricción también que, la verdad, en vez de salir adelante estamos cada vez peor, pero siempre con optimismo y tratando de trabajar y tener nuevas propuestas, nuevos proyectos y haciendo cosas como para, por lo menos, mantener al personal que tenemos y toda la infraestructura que es muy grande”.
El tradicional espacio nocturno y cultural, ubicado en la Avenida Perito Moreno, cuenta con recitales de bandas en vivo de martes a domingo. “Tenemos una agenda cultural muy buena, que sale semana por semana, tenemos días de folklore, tango, rock, tenemos de todo de martes a domingo a partir de las 22 horas”, indicó el comerciantes, y añadió que “siempre estamos reducidos de capacidad, cada vez tenemos menos gente para sentar, porque cada vez nos achican más, y se nos está haciendo muy difícil todo, pero tenemos esperanza de que esto cambie”.
Con relación a la fiscalización del cumplimiento del protocolo que realizan los organismos estatales, Pinto detalló que “nosotros estamos re controlados constantemente, no sé la verdad por qué nos controlan constantemente, no digo que está mal, pero todos los fines de semana tenemos controles, a veces dos veces por noche, y es lo que tenemos que vivir”.
“Las restricciones estas nos están matando, se nos hace re difícil seguir trabajando y seguir manteniendo a todo el personal que tenemos”, concluyó el empresario local.
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