(Río Grande, 17 de setiembre de 2011) En la Capilla “Stella Maris” de la Base Naval Mar del Plata, el Instituto Aeronaval, con la colaboración del Comando del Area Naval Atlántica, recordaron a los nueve camaradas de la Aviación Naval que perdieron su vida al accidentarse en Isla Livingstone, del Archipiélago de las Shetland del Sur, ese mismo día, pero de 1976 (FOTOS).
Aquel 15 de Septiembre de 1976, el avión Lockheed SP-2H “Neptune” identificado como (2-P-103) de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, despegó a las 8.40hs de la Base Aérea de Río Gallegos, con la misión de realizar un vuelo de reconocimiento de hielos en el Pasaje de Drake, sobre la ruta de navegación que a partir del mes de Diciembre navegaría el rompehielos (Q-4) ARA “General San Martín”, en cumplimiento de la Campaña Antártica 1976/77.
La dotación estaba integrada por el capitán de corbeta Arnaldo M. Mutto (Comandante); teniente de navío Miguel A. Barraz; teniente de navío Carlos R. Migliardo; teniente de corbeta Claudio M. Cabut; suboficial segundo Nelson Villagra; suboficial segundo Juan O. Noto; suboficial segundo Reimberto Brizuela; cabo principal Omar Campastrini; cabo primero Benjamín Scesa y el corresponsal (camarógrafo) Canal 13 TV Río Grande, D. Rodolfo Rivarola.
A las 12.45hs ante la ausencia de comunicación radial con el vuelo de la Naval, la Torre de Control de Río Gallegos, declaró al vuelo en emergencia. Comenzó así un amplio operativo de búsqueda y rescate por aire, mar y tierra.
Recién el día 18, un vuelo de reconocimiento de la Fuerza Aérea Argentina, detectó el impacto y restos de la aeronave, en la ladera Norte del Cerro Barnard, en la Isla Livingstone.
Hubo que esperar hasta el mes de Enero de 1977 para poder intentar el rescate de los cuerpos de los integrantes de la dotación del avión naval. En esa tarea, cuando daba apoyo a la expedición que por tierra intentaba el ascenso a más de 1.500 metros de altura, con una ladera de hielo inclinada a 70 grados, un helicóptero Bell 212 de la Aviación de Ejército (AE-451) se precipitó a tierra, falleciendo sus tres tripulantes, el teniente primero Mario E. García, el teniente Alejandro R. Merani y el sargento mecánico Ricardo L. Segura. Ante la tragedia, la mayor registrada en estos 107 años de presencia antártica argentina, se decidió no volver a intentar el rescate de los cuerpos. Son centinelas eternos, guardianes aeronavales de los cielos antárticos argentinos.
El hecho que, uno de los aviadores navales, integrantes de la dotación del 2-P-103, el teniente de corbeta Claudio María Cabut, sea oriundo de la ciudad de Mar del Plata, llevó al Instituto Aeronaval de ésta filial, a organizar el homenaje mencionado.
El capellán naval, Padre Jorge Rotela, ofició la misa en memoria de todas las víctimas de estos trágicos acontecimientos. Finalizado el oficio religioso, en el monumento que recuerda a los camaradas caídos en actos de servicio, se procedió a la colocación de dos ofrendas florales.
La primera, del Instituto Aeronaval, fue portada por el Comandante del Area Naval Atlántica, contralmirante VGM, Edgardo Aníbal García, el Presidente de la filial local del Instituto Aeronaval, capitán de navío VGM, Guillermo Luis Sollazzo y el Sr. Diego Cabut, hermano menor del teniente de corbeta Claudio Cabut. La segunda palma fue portada por los ex compañeros de promoción (1968) del Instituto Peralta Ramos, Dr. Enrique Félix Arbizu, Dr. Rubén Fernández y el Cdor. Roberto Oscar Arango, que especialmente se sumaron a la recordación.
Finalizando el acto, el contralmirante Edgardo García y el capitán de navío Guillermo Sollazzo, destacaron el ejemplo que significó por sus capacidades, dedicación y vocación, el teniente de corbeta Caludio Cabut. El Dr. Enrique Arbizu, habló en nombre de la promoción ’68 del IPR, recordando la temprana vocación de Claudio por el mar y la aviación.