El nuevo equipo Brawn GP se estrenó hoy en la Fórmula 1 con un doblete en el Gran Premio de Australia: el británico Jenson Button logró el triunfo seguido del brasileño Rubens Barrichello en una carrera llena de incidentes, espectacular para Lewis Hamilton y fatal para Ferrari. < ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
El Toyota del italiano Jarno Trulli, que empezó la carrera desde boxes por una sanción, entró en tercera posición aprovechando un accidente a tres vueltas del final entre el alemán Sebastian Vettel y el polaco Robert Kubica cuando peleaban por la segunda plaza, pero los comisarios lo sancionaron tras el final de la prueba y Hamilton completó el podio.
El piloto británico de McLaren-Mercedes, actual campeón del mundo, protagonizó una magnífica remontada tras partir desde el puesto 18 de la parrilla. El español Fernando Alonso salvó una meritoria sexta posición.
Trulli fue castigado a posteriori con 25 segundos por adelantar durante una fase en la que había coche de seguridad en la pista, informa la agencia dpa.
Tras la polémica por el difusor, los nuevos Brawn confirmaron su dominio de pretemporada y de los entrenamientos y Button consiguió el segundo triunfo de su carrera, pese a que hace un mes no sabía siquiera si iba a poder correr ante el incierto futuro del anterior equipo Honda.
«Ha sido un día precioso tras unos meses muy duros», dijo Button, dominador absoluto de la carrera, después de la cual se fundió en un abrazo con sus compañeros de equipo, que desde la retirada de Honda han trabajado varios meses con la incógnita de no saber si estarían en la parrilla.
El sol de tarde de Melbourne fue testigo de un inicio de temporada que ante las múltiples novedades provocó más nervios que nunca. Y los primeros metros no decepcionaron.
Button salió disparado con su Brawn, a diferencia de su compañero, Barrichello, que se vio adelantado por varios rivales.
«Nunca creí que iba a acabar en el podio. El coche es muy fuerte, resistió todas las colisiones», señaló Barrichello, que salió ileso de todos los toques con sus rivales.
En el habitual embudo de la primera curva de Albert Park el más perjudicado fue el McLaren-Mercedes del finlandés Heikki Kovalainen, que tras tocarse con el Red Bull de Mark Webber se tuvo que retirar en la primera vuelta por los desperfectos de su monoplaza.
Otra de las víctimas fue Alonso, que tras tener que esquivar contrarios pasó del puesto décimo al décimo quinto con su Renault. Al contrario, Hamilton, que salió con su McLaren-Mercedes desde el último puesto de la parrilla tras tener que cambiar motor, remontó hasta el puesto noveno en sólo seis vueltas.
Ya en los primeros cinco kilómetros, Button demostró la velocidad de su Brawn: aventajó a Vettel en 3,9 segundos. Pero el Red Bull del alemán era el único capaz de seguir el ritmo del británico, aunque desde lejos.
Sólo 17 vueltas se hizo esperar el primer accidente del año, el del japonés de Williams Kazuki Nakajima, que se estrelló contra un muro y provocó la salida del coche de seguridad.
Con todos reagrupados, Button se vio así obligado de nuevo a construir su ventaja ante Vettel, seguido del Ferrari del brasileño Felipe Massa, del BMW de Kubica y del finlandés Kimi Raikkonen, el otro coche de la «scuderia».
El británico volvió a escaparse sin problemas con cinco segundos sobre Vettel, que pese a todo fue el único que pudo seguir de cerca los tiempos por vuelta del Brawn. Pero Kubica estaba dispuesto a pelear por la segunda plaza con el alemán, al igual que Barrichello.
La carrera estaba entre Brawn, Red Bull y BMW. La revolución prometida fue real. Por detrás, Hamilton y Alonso se esforzaban por encontrar al menos un punto. Y Ferrari, que estaba minimizando daños, lo perdió todo en sólo dos vueltas: Raikkonen estuvo a punto de estrellarse y perdió toda opción y Massa se tuvo que retirar por un problema mecánico.
A falta de tres vueltas, Kubica, con los neumáticos duros, presionó a Vettel, que perdía segundo tras segundo con los blandos. El alemán defendió su posición, pero era imposible parar al BMW. Al final, los dos se tocaron y pocos metros después, ya con desperfectos, perdieron el control de sus coches. Ambos acabaron fuera de una carrera que concluyó con el coche de seguridad.
«Soy un idiota, lo siento, lo siento mucho», dijo el joven Vettel, de 21 años, culpándose del incidente.
El «mea culpa» no le procuró misericordia por parte de los comisarios, que lo sancionaron doblemente: con una multa de 50.000 dólares y con diez puestos de relegación en la parrilla del próximo Gran Premio, en Malaisia.
La escudería Brawn, que ya brindaba por el triunfo con el jefe de equipo, Ross Brawn, y con el millonario Richard Branson, nuevo mecenas, sumó el extra de tener también a Barrichello segundo.
La última vez que un equipo debutó con triunfo en la Fórmula 1 fue el 9 de enero de 1977: el sudafricano Jody Scheckter estrenó en Argentina el palmarés de Wolf. Hoy lo emuló Button, que ya triunfó el 6 de agosto de 2006 en Hungría.
Mientras, Hamilton y Alonso salieron vivos del primer Gran Premio del año, a diferencia de Ferrari.
«Hay que mejorar, no es lo que queremos, pero tres puntos para el campeonato son mejor que cero», hizo balance Alonso.