El partido fue justamente partido hasta el gol de Messi. Hasta ese momento los venezolanos se habían defendido bien, pero el tanto cambió todo y no tuvo ideas para revertir la historia.< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
“Ole, ole, ole, ole, Diego, Diego”. “Que de la mano de Maradona todos la vuelta vamos a dar”. “Para Riquelme que lo mira por TV”, gritó la gente, eufórica, después de esta goleada.
En el comienzo del partido fue el juego de las tácticas: el vértigo del seleccionado argentino contra el orden defensivo del venezolano.
Y en ese juego el que ganaba era el conjunto visitante, porque se cerró de tal manera que obligó a los dirigidos por Maradona a jugar bien abierto y tirando centros a nadie.
El tema, es que Maradona se inclinó por los “chiquitos”, entonces, la estrategia de Venezuela era brillante, porque en su área caían centros para que se lucieran los centrales.
El único que entendió el juego en el primer tiempo fue Javier Mascherano, como siempre el mejor de Argentina, porque anticipaba, abría la cancha, mostrándose como variante para ser receptor de la descarga y cuando tenía que enviar la pelota al área lo hacía por abajo.
La actitud de los venezolanos así como complicó en los primeros minutos al ataque argentino lo favoreció en defensa, porque resignó toda la posibilidad de ataque.
Cuando los sonidos del silencio se apoderaban de la cancha llegó la apertura del marcador, con una brillante definición de Messi, luego de una jugada que se inició con un “slalom” desde su propia área, que derivó en Carlos Tevez, quien habilitó en forma perfecta al delantero del Barcelona.
A partir de la ventaja el equipo argentino se tranquilizó, comenzó a superar en todos los sectores a Venezuela, pero le faltó claridad y profundidad.
El “tridente” ofensivo, integrado por Messi, Tévez y Agüero, salvo en el gol, no tuvo mayores encuentros y pasó, por momentos, desapercibido.
El problema era que Tevez y Agüero, quienes rotaban a la hora de ir por el medio, muchas veces se encimaron, chocaron y Messi quedó aislado porque Maxi Rodríguez no fue el socio que se esperaba por derecha.
Por el otro sector de la cancha Gabriel Heinze chocaba con sus propias limitaciones y Jonás Gutiérrez iba más rápido que la pelota.
Lo mejor de Argentina llegaba cuando Messi o Mascherano anticipaban y sorprendían con pases en cortada, como uno del hombre del Barcelona, quien dejó a Agüero sólo con el arquero pero un defensor de la “vinotinto” salvó sobre la línea.
En el inicio del segundo tiempo el seleccionado argentino liquidó la historia, porque todo lo que le costó en la etapa inicial lo resolvió en un abrir y cerrar de ojos.
Primero fue Tevez, con una media vuelta, luego de un centro de Messi, quien desbordó de manera impecable por derecha, y minutos después Maxi Rodríguez, tras una asistencia de Tevez liquidó la historia.
Al partido le quedó el gol de Sergio Agüero, quien se sacó un peso de encima con el tanto, el ingreso de Juan Sebastián Verón, muy silbado por la gente aunque después lo aplaudieron, y la felicidad de Maradona, quien ya está pensando en el partido del miércoles que viene ante Bolivia, en La Paz.