Conte decretó que negocios y locales gastronómicos de toda Italia podrán retomar su actividad el lunes, con una distancia mínima de un metro entre clientes, y no los dos metros previstos en las recomendaciones del Comité Técnico Científico.
Para el sector gastronómico, las exigencias incluyen también la prohibición de entrada a quien tenga más de 37.5 grados de temperatura, la eliminación de los servicios de buffet y la obligación de usar barbijo en todo momento en que el cliente no esté sentado en la mesa, como por ejemplo para ir al baño.
En las playas de todo el país, además de pedir la presencia de desinfectantes, el gobierno dispuso la obligatoriedad de una distancia mínima de un metro ente personas y de una superficie de 10 metros cuadrados para cada sombrilla.
Para todos los rubros, incluidos museos o centros estéticos, se insiste también en la necesidad de un metro de distancia y de favorecer los mecanismos de reservas.
Solo en el caso de los gimnasios el decreto pide una distancia mínima de dos metros cuando las personas realicen actividad física.
Además, el gobierno avaló que el 3 de junio se levanten las restricciones para los movimientos dentro del país, en un guiño a la golpeada industria del turismo, que aporta cerca del 15% del PBI nacional.
A inicios del mes que viene Italia permitirá también la llegada de turistas desde países de la UE sin la necesidad de una cuarentena obligatoria que sí imponen países como España o Francia.
Más allá de las nuevas disposiciones, el gobierno afirmó que mantendrá una evaluación permanente de la curva de contagios de cada región y que, en caso de aumento de casos o de aparición de nuevos focos, podría decretar medidas más restrictivas.
De cara a las reaperturas del lunes, solo las regiones de Toscana y Piamonte esperarán hasta el próximo día 25, según anunciaron sus gobiernos.
Hasta el momento, 31.610 personas murieron por coronavius en Italia, con el 49% de las víctimas concentradas en la región norteña de Lombardía.
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