La pandemia está haciendo estragos en la economía fueguina y el gobierno de la provincia tiene los reflejos flojos. La unión Cívica Radical ha intentado comunicarse por todos los canales institucionales formales para ofrecerse para colaborar e, inclusive, hemos propuesto con total desinterés político la conformación de un Comité Económico de Crisis para evaluar, entre todos los sectores comprometidos, distintas medidas tanto para la salida de la cuarentena como para darle a la economía un pulmotor. Es que, como ya no pasa inadvertido para nadie, salud y economía van de la mano.
Un informe que evalúa el gobierno nacional dice claramente que Tierra del Fuego forma parte del grupo de provincias peor calificadas para abandonar el aislamiento social obligatorio. Seremos, junto a la Capital y las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén, las últimas en abandonar el confinamiento. La pregunta que más duele, además de la referida a las consecuencias sanitarias que traerá la extensión de los plazos, es: ¿cómo hacemos para que la economía provincial sobreviva y el sector privado vuelva lo más pronto posible a flote?
Lo primero que haría es convocar a un comité de crisis como el que propusimos para analizar cuáles son los sectores con mayor capacidad de recomposición rápida. Sabemos que, lamentablemente, el turismo y la extracción de hidrocarburos son los más golpeados y que sus crisis requerirán de una larga recuperación. También sabemos cómo les costará recuperarse a monotributistas, profesionales independientes y pequeños y medianos productores. En este marco, la industria fueguina será seguramente la abanderada de la recuperación.
No sólo tendrá más demanda que el resto de las actividades de la provincia sino que, además, es la que tiene más probabilidad de diversificar sus actividades. La industria electrónica fueguina cuenta con una fenomenal capacidad instalada, con posibilidades tecnológicas de redireccionar o desarrollar líneas de producción hacia, por ejemplo, la electromedicina. Si es así, debemos pensar en cómo facilitarle las cosas para que se recupere lo más rápido posible y pueda ayudar a recuperarse al resto de los fueguinos que están en otros sectores más dañados.
Lo importante en estos momentos es tomar este tipo de decisiones estratégicas y contar con un estado que banque la parada. Se debe asegurar un ingreso para todos para que el consumo no caiga y para que “economía no mate salud”. Todo lo que sea alivianar cargas debe ser observado; no puede ser que a alguien que no produce se le exijan adelantos de impuesto a las ganancias. No puede ser que a alguien que está con la soga al cuello se lo persiga para que tribute.
Tampoco puede ser que un cajero de supermercado sea considerado prestador de un “servicio esencial” pero los legisladores, no. Necesitamos más que nunca un estado con pensamiento estratégico que tome decisiones consensuadas que impactarán en el largo plazo. El país y las provincias que se equivoquen hoy lo pagarán por muchas décadas. Por eso reclamamos la conformación del Comité de Crisis en la provincia y exigimos que el Congreso Nacional vuelva a sesionar de una vez.
Otra idea que adelanto para el Comité: Nuestra provincia tiene aproximadamente 180.000 habitantes. Si los tests rápidos que venden prestigiosos laboratorios de Corea del Sur, Francia y Alemania cuestan alrededor de 20 dólares: ¿por qué no comprar ya mismo 180.000 unidades para censar de coronavirus a toda la provincia? Esto supondría un gasto de 3,6 millones de dólares en una provincia que está perdiendo 150 millones de dólares por mes por estar parada y que tiene, además, en su tesoro 130 millones de la misma moneda producto del bono emitido. ¿No sería más barato testear a todos que perder miles de fuentes de trabajo, por no echar mano a una ínfima parte de esos recursos? Con la provincia testeada y siendo una isla, Tierra del Fuego, lejos de ser la última en salir de la cuarentena, debería ser la primera.
Para salir airosos de esta situación y tener futuro necesitamos del concurso de todos. El gobierno parece estar anestesiado. Podemos ayudarlo. Queremos ayudarlo. Juntos podemos hacerlo.
(Por Pablo Daniel Blanco – Senador Nacional – Juntos por el Cambio)
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