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Encuesta: Los argentinos le tienen más miedo a la economía que al coronavirus

La preocupación creciente se vincula a las consecuencias que las medidas sanitarias están dejando en la producción, los salarios y para el futuro del país

Prefiero tener 10% más de pobres y no 100.000 muertos en la Argentina», fue la frase elegida por el presidente Alberto Fernández para encolumnar a todo el Gobierno detrás de su postura de privilegiar la salud por sobre la economía como bandera de la lucha contra el avance del coronavirus.

Una postura que también tuvo el respaldo de la mayoría de la sociedad durante la primera etapa de aislamiento social obligatorio y de anuncio de medidas restrictivas que provocaron el freno casi total de la economía del país.

Esta lógica del privilegio sanitario antes que el económico hizo que salir de casa, ir a trabajar, interactuar con otras personas y moverse con libertad pasaran a ser modos de vida reservados para los exceptuados del aislamiento por estar incluidos entre sectores considerados esenciales para mantener servicios y actividades básicas.

De hecho, a fines de marzo se conoció un ranking de países con más preocupación por el virus en el cual la Argentina figuraba en el cuarto puesto. La consulta, elaborada por Gallup, ubicaba a Italia e Indonesia con un 90% de la población que tiene miedo a la infección, seguido por Corea del Sur (87%) y Argentina (75%).

«En Argentina, la población tiene miedo que él o algún miembro de su familia puedan contraer coronavirus y «esta situación es pareja en todos sin diferencias por género, edad, nivel socioeconómico o lugar de residencia», indicaba el informe en ese momento.

Este escenario de miedo llevó al Gobierno a tomar todavía más medidas de encierro obligatorios que llevó a que la mayoría de los sectores de la industria, el comercio y los servicios quedaran casi sin posibilidades de mantener sus actividades de manera habitual. Por consiguiente, a pasar a depender casi sin excepciones de la ayuda del Estado para atravesar esta crisis sin tener que cerrar, despedir trabajadores o sufrir un default.

Lo mismo ocurre con 31 millones de habitantes que hoy dependen íntegramente o en parte de los aportes públicos para sobrevivir, ya sea gracias a los planes sociales o al pago de una porción de los salarios, medida anunciada el fin de semana pasado.

Hoy, según un relevamiento del IERAL, el 45% de las empresas está operativa en virtud de ser consideradas actividades esenciales pero alrededor de un tercio opera con dotación mínima, de modo que sólo 31% operan en condiciones plenas. En tanto, otro 36% se encuentra inactivo por imposibilidad de funcionar según la normativa actual.

Por consiguiente, para el IERAL, la suma de las inactivas con las que no pueden realizar sus actividades con normalidad representa más de 332.000 empresas, cifra que podría engrosarse a más de 410.000 si se considera también a las que solo pueden operar con dotaciones mínimas.

Un escenario que en los últimos días llevó a la sociedad a cambiar su mirada con respecto a los temores anticipados al principio de la llegada de la pandemia al país y a comenzar a evidenciar un enojo y hartazgo por la extensión de cepo sanitario obligatorio.

Por lo menos así se desprende de una encuesta recientemente elaborada por Kantar para analizar la reacción de los consumidores argentinos frente a la pandemia demuestra este cambio de pensamiento.

En el marco de entrevistas a un universo de 503 personas vía online, realizadas entre el 10 y 14 de abril, ahora se observa que 8 de cada 10 argentinos está más preocupado por su futuro económico que por un eventual contagio del virus. El Barómetro Covid-19 muestra que, luego de este mes de aislamiento social el temor al coronavirus se empieza a relajar al punto que la proporción de «muy preocupados» cayó de 55% que tenía a fines de marzo a un 47% actual.

Los mayores de 55 años son los más preocupados (52%), al igual que las personas con ingresos más altos, en tanto que millennials y centennials no se ven tan afectados (45%).

En contrapartida, empiezan a sentirse los efectos del freno de actividades, teniendo en cuenta que el 77% de los encuestados cree que llevará un largo tiempo recuperar la economía una vez superada la crisis sanitaria.

De este porcentaje, seis de cada 10 personas admitieron que ya se vieron afectados sus ingresos personales, mientras un 24% no lo percibe aún pero cree que lo estarán en el corto plazo.

Hay también una cierta saturación sobre la información que los medios vuelcan sobre el virus que lleva a que el 27% de los encuestados por Kantar intentar ver menos programas de noticias e intensifican la necesidad de estar en contacto con familiares y amigos.

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