El abastecimiento era, hasta hace apenas semanas, el principal problema de las fábricas fueguinas. Sin embargo, nadie esperaba que el verdadero inconveniente sería el parate total que significó la entrada en vigencia de la cuarentena dispuesta, primero, por el Gobierno provincial, y luego por el nacional.
A raíz de esta situación, ya hace más de una semana que el polo industrial de Tierra del Fuego está paralizado y sin producción, con algunas excepciones como fábricas del rubro plástico o textil.
La incertidumbre general ha hecho que regresen, como era de esperarse, las amenazas y advertencias de las empresas a sus trabajadores: hoy el Grupo Mirgor comunicó a sus operarios que este mes podrían cobrar tarde sus sueldos. En vez de percibir salarios el último día del mes (el 31 de marzo), lo harían una semana más tarde (el 6 de abril).
Pero esto no es lo peor. En Mirgor y en otras fábricas ya preparan la cancha para medidas incluso más drásticas. Los contratados a través de la modalidad «mes a mes» y los PPD ya fueron advertidos de posibles cesantías en caso de que se extienda la cuarentena y no se reactive la producción y el consumo.
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