El resultado de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) rompió no solo con lo que anticipaban las encuestas, sino también con los pronósticos del Gobierno y del Frente de Todos, al dejar ubicado a Alberto Fernández con un porcentaje de votos que, de repetirse en octubre, le daría el triunfo en primera vuelta.
La fórmula de Fernández y Cristina Kirchner obtenía el 47% de los votos, mientras que el binomio oficialista de Juntos por el Cambio que integran Macri y Miguel Pichetto conseguía el 32%, una diferencia de 15 puntos del candidato peronista por sobre el jefe de Estado.
La contundente victoria de Fernández se replicó en casi todo el país: de las 24 jurisdicciones, se impuso en 22. En tanto, Juntos por el Cambio apenas ganó en dos distritos, tradicionalmente esquivos al kirchnerismo: la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Córdoba.
En las PASO de 2015, Cambiemos también había triunfado en dos distritos (Capital Federal y Mendoza) mientras que en Córdoba se había impuesto Sergio Massa (en el balotaje esos votos se fueron para Macri, que le dio la Presidencia) y en San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, ambos por distintas facciones del peronismo, enfrentados al entonces Frente para la Victoria, que llevaba a Daniel Scioli como candidato a presidente.
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