«No es un Concorde, aunque parece un Concorde, una prueba de que la aerodinámica de los 60 era muy inteligente», ha explicado el jefe técnico de EADS, Jean Botti.
El ZEHST despegará de una pista normal de aeropuerto empleando biocombustible, pero no pasará a velocidad supersónica hasta que esté por encima de la atmósfera, lo que evita la explosión supoersónica y la contaminación causada por el Concorde. De hecho, ZEHST significa Transporte de Alta Velocidad y Cero Emisiones. «Por encima de la atmósfera nadie oye nada», ha declarado Botti.
El avión está siendo desarrollado en colaboración con Japón y podría transportar entre 50 y 100 pasajeros, lo que lo convierte en un competidor directo de empresas como Virgin Galactic, que también proyecta vehículos espaciales.
La principal diferencia con el proyecto de Virgin es que la aceleración será de 1,2 G, por lo que los pasajeros no necesitarán ningún tipo de entrenamiento para poder volar. «La aceleración que afecta a los pasajeros es muy baja, así que no se necesita ni equipo ni entrenamiento específicos», ha señalado Botti.
Una vez en vuelo gracias a las turbinas convencionales, unos cohetes Ramjet –usados en misiles– lo impulsarán hacia arriba hasta salir de la atmósfera, a unos 32 kilómetros de altura, donde alcanzará velocidades en torno al Mach 4, cuatro veces la velocidad del sonido.
«El ZEHST no es ninguna novedad. Son cosas que ya se han hecho antes», ha afirmado Botti, que cree que podría haber un prototipo funcional no tripulado para 2020.
Sin embargo, en cuanto a plazos, consejero delegado de EADS, Louis Gallois, advirtió de que podría tardarse entre 30 y 40 años antes de que los vuelos comerciales del ZEHST sean una realidad.
«No hablamos de un producto que vayamos a lanzar en los próximos años. Tenemos que estudiar la seguridad, la integración de diferentes tecnologías y cómo reacciona a ello el hombre», ha advertido Gallois.