El acceso a la conocida como “Rotonda de la trucha” volvió esta madrugada a ser escenario de un importante accidente de tránsito, como resultado del cual tres personas jóvenes fueron hospitalizadas con lesiones de consideración.
La conductora del vehículo y sus dos acompañantes debieron ser rescatados de entre los hierros retorcidos del habitáculo, lo que da una idea de la tremenda violencia de la colisión en la que no se pudo determinar la intervención de algún otro rodado.
El accidente sucedió poco antes de las 4,30 de la mañana del sábado, frente al edificio de la UTN, donde la avenida se bifurca para derivar hacia el Parque Industrial o hacia el camino al aeropuerto.
En el lugar, un viejo Fiat 128 de color negro -por causas que deben ser determinadas- impactó contra una columna de cemento, derribándola. Tras el choque, hizo un giro y quedó mirando en sentido contrario al que traía, en tanto algunas de las partes de la carrocería quedaban dispersadas hasta a más de cincuenta metros del lugar del impacto.
Los tres ocupantes del rodado quedaron atrapados dentro de la cabina deformada y debieron ser rescatados por bomberos Voluntarios, que emplearon para ello herramientas neumáticas.
En ambulancia las víctimas del accidente fueron trasladadas al Hospital con lesiones de consideración. Fueron identificados como Javier Ruiz (acompañante), de 28 años de edad; Yanicia Felisa Peralta Vega, de 26 años y la conductora del Fiat 128 de apellido Visic, de apenas 18 años.
Aunque sus vidas no corren peligro (según información extraoficial del Hospital) los tres presentaban politraumatismos y lesiones de importancia, en particular Peralta Vega, quien fue intervenida quirúrgicamente de sus quebraduras en miembros inferiores.
Participaron del operativo de emergencia, efectivos de la comisaría Segunda de Policía, de Defensa Civil y Bomberos Voluntarios.
Un poste con mala suerte
La rotonda de la trucha, al igual que la conocida como la del avión, -construidas durante la corrupta e ineficiente administración de Jorge Martín- se presentan peligrosas para el tránsito (en especial si la imprudencia es la que conduce) debido a un pésimo diseño vial que nunca fue corregido.
En ambos cruces viales se registran a menudo accidentes, muchas veces con heridos de consideración.
En este caso, la casualidad (o la suma de causalidades) centran la atención sobre el punto exacto de la colisión de esta madrugada. El mismo poste de cemento, que sostiene el alumbrado, ha sido objeto repetido de destrucción por accidentes similares.
La crónica refleja el impacto protagonizado por una camioneta Sprinter en noviembre de 2016 con el resultado del poste tumbado, entre otros daños materiales.
La columna fue repuesta, pero duró muy poco. Anoche, otra vez un choque frente a la UTN, la mole de cemento en el piso y la necesidad de reponerla para que vuelva a prestar servicio.
Los gastos, en tanto, siguen estando a cargo del contribuyente. Como se sabe, en nuestra ciudad nadie –desde el Estado- reclama resarcimiento alguno por los daños al patrimonio urbano que generan la imprudencia, la irresponsabilidad o la mala fortuna de los particulares.
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