Un equipo internacional de forenses inició el lunes la exhumación de los restos del presidente Salvador Allende para determinar si se suicidó, lo remataron, murió combatiendo o lo asesinaron los militares golpistas en 1973.
En una fría mañana santiaguina, los forenses, el juez de la causa y las dos hijas del mandatario, con una rosa roja en sus manos, descendieron los escalones que llevan al féretro con los huesos de Allende, en el mausoleo familiar.
La exhumación fue ordenada por el juez Mario Carroza, tras recibir en abril un informe del Servicio Médico Legal que establece «discordancias» entre el informe oficial de la autopsia —ordenada por los golpistas— y un análisis policial del cuerpo de Allende en el lugar de su muerte, en el palacio presidencial de La Moneda.